miércoles, 16 de enero de 2013

"Ponerse las botas"


DRAE

[botas] [ponerse las ~s]. 

1. loc. verb. coloq. Enriquecerse o lograr un provecho extraordinario.
2. loc. verb. coloq. Aprovecharse extremadamente, y muchas veces desconsideradamente, de algo. 
3. loc. verb. coloq. Hartarse de algo placentero. "Nos pusimos las botas en el restaurante"
4. loc. verb. coloq. Col. y Perú. Entrar en acción, actuar. 
5. loc. verb. El Salv. Mostrar firmeza de carácter o autoridad. 
6. loc. verb. Méx. Imponer su voluntad. 

En cuanto a las botas, son definidas por la Real Academia Española (RAE) como un tipo de calzado, generalmente de cuero, que resguarda el pie y parte de la pierna. Las hay de muchas variedades y, generalmente, tienen tacón.



Hubo un tiempo en el que el calzado era signo distintivo de la clase social a la que pertenecía el individuo, por eso llevar botas era sinónimo de pertenencia a una clase social alta. Es más: entre los romanos y los bizantinos existían normas muy estrictas al respecto y de hecho, esas diferencias se mantuvieron vigentes por mucho tiempo.




Las alpargatas de esparto, las abarcas, y las babuchas, nunca los usaban los adinerados, ni los nobles ni, en general, las clases sociales altas. Este tipo de calzado de poca calidad y sin tacón, solamente lo utilizaba el pueblo llano.

Luis Montoto, en la ciudad de Sevilla, en el año 1.888, en su obra paremiológica “Un paquete de cartas… y frases familiares”, escribe comentando esta frase: "Tómanse las botas como distintivo o señal del caballero que atesora riquezas, en oposición al zapato, calzado propio de las gentes pobres y de condición humilde". 


Al parecer, en aquella época, sucedía de igual modo, que tan sólo los caballeros ricos y poderosos lucían calzado alto, mientras que el resto, las clases más bajas, llevaban zapatos bajos. Esta circunstancia era susceptible de cambio; es decir, alguien sin dinero podía verse beneficiado de repente por un golpe de fortuna, momento en el que se decía de él que se ‘había puesto las botas’. 


Por supuesto, ese progreso sólo podía verificarse en un integrante de la clase baja ya que los nobles siempre habían usado botas. 

Actualmente, la expresión ‘ponerse las botas’ conlleva en ocasiones un matiz negativo. Es como si quienes se pusieran las botas se sirvieran para ello de actos ilícitos o lo hicieran empleando mala fe, aunque no siempre se usa la expresión con este sentido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario