Carajás: mina de hierro a cielo abierto en la Amazonia brasilera
La palabra "mina" proviene de la lengua celta y llegó a nosotros a través del francés mine y este, del galo mina, formado a partir del celta primitivo mein, que hasta hoy se ha mantenido intacto en irlandés, con los significados de 'mina, minería, mineral', así como en el galés mwyn. En la lengua de Oc, hablada en el sur de Francia (Languedoc), la palabra adoptó la forma mena, hoy usada en español para designar al hierro bruto tal como sale del yacimiento. Mena está en el origen de vena y de su derivado venero cuando se refieren al filón metálico de una mina.
A partir del siglo XV, se usaron explosivos militares en la tarea de excavar minas y, por esa razón, la palabra mina se usó también para designar esos artefactos. Ese también es el origen de minar, con el sentido de "socavar" o "zapar", ya que en las guerras de aquella época, los explosivos se usaban para socavar (minar) fortalezas y castillos enemigos. Por lo tanto, de ahí deriva el nombre de las minas terrestres, que han provocado miles de muertes y mutilaciones de inocentes en numerosos países en los que las guerras terminaron, pero los artefactos de destrucción siguen causando daño, a veces durante décadas.
En el lunfardo rioplatense, mina denota 'mujer, especialmente como objeto sexual', aunque en los últimos ha venido perdiendo ese rasgo semántico para referir a cualquier mujer. La etimología de esta acepción, frecuente en el tango, es incierta; se ha afirmado que proviene del italiano dialectal minna'mujer', mientras que otros sugieren que haya formado a partir del portugués menina 'niña, muchacha'.
Fuente: Ricardo Soca.
Fuente: Ricardo Soca.
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