miércoles, 27 de marzo de 2013

Humus



La antigua palabra latina para tierra, humus, llegó intacta hasta nosotros para denominar la capa superficial de la tierra, la más rica en nutrientes. Humum ore mordere 'morder la tierra', decía Virgilio, y también humo mandare (enterrar, dar sepultura). 

Los más remotos orígenes presumibles de humus están en el vocablo indoeuropeo dhghem- 'tierra', el mismo de donde proviene el vocablo griego geon'tierra', 'país'. 

Derivados de humus están presentes en numerosos vocablos de nuestra lengua, vinculados a la idea de tierra, tales como inhumar 'enterrar', exhumar'desenterrar' o trashumante 'pueblo pastoril que emigra de una tierra a otra'. 

También homo, hominis 'hombre' (v. hombre) es aquel ser que habita en la tierra, a diferencia de los dioses, y humidus 'húmedo' es aquello que está ligeramente mojado, como la tierra. (V. humilde).

Fuente: Ricardo Soca.

lunes, 25 de marzo de 2013

Las cosas claras y el chocolate espeso



Cuando desde América, el monje español fray Aguilar envió las primeras muestras de la planta de cacao a sus colegas de congregación al Monasterio de Piedra, para que la dieran a conocer, al principio no gustó, a causa de su sabor amargo, por lo que fue utilizado exclusivamente con fines medicinales. Posteriormente, cuando a unas monjas del convento de Guajaca se les ocurrió agregarle azúcar al preparado de cacao, ese nuevo producto causó furor, primero en España y luego en toda Europa. En esos tiempos, mientras la Iglesia se debatía sobre si esa bebida rompía o no el ayuno pascual, el pueblo discutía acerca de cuál era la mejor forma de tomarlo: espeso o claro. Para algunos, el chocolate se debía beber muy cargado de cacao, por lo que preferían el chocolate espeso, o sea, "a la española"; para otros, el gusto se inclinaba por la forma "a la francesa", esto es, más claro y diluido en leche. Los ganadores, finalmente, fueron los que se inclinaron por el chocolate cargado, por lo que la expresión 'las cosas claras y el chocolate espeso' se popularizó en el sentido de llamar a las cosas por su nombre. Entre nosotros, circulaba hace algunos años la variante las "cuentas" claras y el chocolate espeso, usada en relación con las deudas (sobre todo de dinero) que suelen mantener las personas.

sábado, 23 de marzo de 2013



La Pobreza era por España
como caballos llenos de humo
como piedras caídas del
manantial de la desventura,
tierras cereales sin
abrir, bodegas secretas
de azul y estaño, ovarios, puertas, arcos
cerrados, profundidades
que querían parir, todo estaba guardado
por triangulares guardias con escopeta,
por curas de color de triste rata,
por lacayos del rey de inmenso culo.


Neruda. Segmento de ESPAÑA EN EL CORAZÓN.

viernes, 22 de marzo de 2013

¿SE ESTÁ PREDISPUESTO GENÉTICAMENTE A SER RELIGIOSO?


¿Es la religión un fenómeno enteramente cultural? Esa parece ser la idea prevalente, tanto entre científicos como entre personas ajenas a la ciencia. Y es intuitivamente natural que se piense de esa manera, es decir que el creer en Dios o abrazar tal o cuál tradición religiosa son decisiones totalmente libres y producto de profundas consideraciones. Reflexiones que son favorecidas por una "buena" educación y formación moral. 

Sin embargo, este no es el único mecanismo cultural que se propone. Alternativamente al libre albedrío hay teorías que plantean que la religión sobrevive gracias a mecanismos de condicionamiento inconscientes, e incluso que se trata de ideas que tal como los genes se "replican" y propagan con gran éxito (la memética), pasando fácilmente de una generación a otra. 
En cualquier caso las teorías culturalistas son las explicaciones favorecidas y choca la sugerencia que puedan existir factores biológicos que predispongan en mayor o menor grado a ser religioso. Las Ciencia Cognitiva de la Religión (CCR), enfoque multidisciplinario que se ha dado a la tarea de integrar los datos de la neurociencia, genética y biología evolutiva, es por lo tanto muy controvertida toda vez que propone desde varios ángulos una verdadera "Biología de la Religión", apareciendo a los ojos de muchos como sospechosa de querer infiltrar (tal como ha sucedido con el "Diseño Inteligente") ideologías disfrazadas como ciencia.

Para los no religiosos (ateos/agnósticos/seculares) la sugerencia puede en apariencia implicar que la humanidad está mayoritariamente "condenada" a depender de la religión. En cambio, para los creyentes la CCR puede ser vista como una forma sutil de intentar minar la fe en tanto que sugiere que la creencia en lo sobrenatural es un producto ilusorio de mecanismos cognitivos que fueron diseñados para otros propósitos. La realidad es que ninguno de quienes investigan la religión con el marco propuesto por la CCR han mostrado interés en convertir a nadie a la creencia o descreencia religiosa. 

Las particularidades de la religion (ser Cristiano, Musulmán o Budista) son evidentemente productos de la cultura (del exocerebro). Sin embargo, la respuesta a la pregunta planteada en el título de este tema es definitivamente en el sentido afirmativo: existe una predisposición biológica a ser más o menos religioso. Y es que no hay nada en fisiología o psicología en lo que la genética no tenga nada que "decir". Eso es evidente hoy en día, y la religiosidad no tendría porqué ser la excepción. 

Un avance clave en la comprensión de la evolución humana fue la idea que las presiones evolutivas que moldearon la cognición humana pudieron haber sido sociales en lugar de ecológicas (Emery 2000). Esta idea proviene de Chance y Mead (1953), Jolly (1966), Humphrey (1976; 1983), Alexander (1989), y Brothers (1990), quienes han sugerido que el hecho de vivir en grandes grupos complejos, con gran competencia de recursos y por la pareja tanto dentro del mismo grupo como con otros grupos externos, seleccionaron por un "cerebro social", funcionalmente diseñado por la evolución para solucionar problemas sociales.


Según estos autores el desarrollo del Cerebro Social esta mediado en parte por el mecanismo conocido como Impronta Genómico, definido como genes impresos, es decir, que tienen uno de los dos alelos silenciados y que funcionalmente son haploides. Se estima que aproximadamente un 1% de los genes están sujetos a este mecanismo.

Así, el llamado Cerebro Social, tendría entre sus determinismos una serie de genes impresos, paternos o maternos. El cerebro "extremamente masculino" tendería al autismo (hipoactividad del sistema detector de agencia, cerebro sobredesarrollado), mientras que el cerebro "extremadamente femenino" tendería a la psicosis (hiperactividad del sistema detector de agencia, cerebro subdesarrollado).


Se supone igualmente que en los individuos normales, si los genes maternos son predominantemente silenciados, se tendería a la conducta asocial, si en cambio son especialmente silenciados los genes paternos aumentaría la capacidad para las cogniciones y habilidades sociales (que implica una mayor cohesión social). 

Las teorías evolutivas recientes sugieren que la religión no es en sí una adaptación, sino un subproducto de otras adaptaciones psicológicas, el mecanismo de detección de la agencia" o "sesgo animista".


Podríamos estar evolutivamente diseñados para inferir intenciones detrás de los fenómenos naturales, puesto que la consecuencia de sobreinferir erróneamete la intencionalidad - mostrarse paranóico de fenómenos perfectamente naturales [ej. un ruido inesperado en el bosque]- es menos costoso en terminos evolutivos que la consecuencia de erróneamente subinferir intenciones - y ser muerto por los depredadores y enemigos cuando menos lo esperas. Por lo tanto podríamos haber sido diseñados para ser paranoides porque potencialmente esto salva nuestras vidas, y podríamos ser religiosos porque somos paranoides y vemos la "mano de Dios" detrás de fenómenos perfectamente naturales.

Si este punto de vista es correcto, entonces la teoría de Crespi y Badcock sugiere que los esquizofrénicos, quienes son hipermentalísticos y más paranoides, pueden estar más predispuestos a ser religiosos y a ver la mano de Dios detrás de los fenómenos naturales, al igual que algunos (McNamara 2001; Miller & Kanazawa 2007, p. 206, n13) sugieren que los autistas serían menos religiosos debido a su hipomentalismo (ausencia de Teoría de la Mente). 

La experiencia clínica con pacientes esquizofrénicos y psicóticos confirma completamente lo anterior. El psicótico está más preocupado por cuestiones religiosas, y aunque ciertamente existen unos cuantos psicóticos que no creen en Dios, en general se trata individuos que encuentran significados "ocultos" (sobrenaturales) en situaciones que para los demás son irrelevantes. 

Un último dato de interés que cita Kanazawa, como evidencia de la influencia de los factores genéticos sobre la religiosidad, es que prácticamente en todo el mundo las mujeres tienden a ser más religiosas que los hombres.



Si la religión tiene que ver con mentalizar en exceso [ToM / hiperdetección de agencia] los fenómenos naturales, y el cerebro femenino tiende más hacia la mentalización, entonces las mujeres serían naturalmente más religiosas.
Aunque se conocen algunos pocos de estos genes "impresos" (silenciados) y su influencia sobre la patología cerebral (cromosoma 15-q11 y sindromes de Prader-Willi / Angelman), falta aún por identificar los genes concretos -maternos y paternos- que determinan el grado en que se desarrollen los supuestos módulos cerebrales pro-sociales (y por lo tanto pro-religiosos). Es interesante el dato que el sindrome de Prader-Willi (gen silenciado: 15-q11 paterno) sesga el desarrollo cerebral hacia la psicosis (hipermentalismo/cerebro femenino extremo) mientras que el sindrome de Angelman (gen silenciado: 15-q11 materno) predispone al autismo (hipomentalismo/cerebro masculino extremo).

"Si bien no existe el "gen de Dios", sí que parecen existir unos pocos genes que predisponen a la religiosidad y al supernaturalismo".


Publicado por Luis González Pope, fuente http://humanismonaturalistacientifico.blogspot.com.es 

jueves, 21 de marzo de 2013

La sal común a través de los siglos




La sal común, conocida popularmente como sal, es el denominado cloruro sódico (o cloruro de sodio), cuya fórmula química es NaCl.

Existen cuatro tipos de sal, según su procedencia:

  • La sal marina 
  • La de manantial,  (ambas se obtienen por evaporación). 
  • La sal gema que procede de la extracción minera de una roca mineral denominada halita y 
  • La sal vegetal, que se obtiene por concentración, al hervir una planta gramínea (método también utilizado para la obtención azúcar a partir de otra planta gramínea) que crece en el desierto de Kalahari.

La sal es un compuesto iónico formado por una combinación de iones de Cl– y Na+, acomodados en una estructura cristalina con forma de sistema cúbico. El cloruro sódico (NaCl) posee el mismo número de átomos de Cloro que de Sodio y el enlace químico que los une está clasificado como iónico existente entre los iones: un catión de sodio (Na+) y unanión de cloro (Cl–) de tal forma que la fórmula empírica NaCl se compone de la siguiente forma:

Na + Cl → Na+ + Cl− → NaCl

La estructura cristalina formada por los dos iones posee menos energía que los iones separados, y ésta es una garantía de estabilidad.

Estructura cristalina cúbica de la sal

La sal es el condimento más antiguo usado por el hombre, y su importancia para la vida es tal que ha marcado el desarrollo de la historia en sus distintas etapas, alcanzando grandes repercusiones económicas, políticas y culinarias a lo largo de las diferentes civilizaciones que han ido puliendo nuestra cultura y formas de vida. Es un producto cuyo uso está generalizado en toda la gastronomía y la industria mundial, bien sea como condimento, como conservante esencial para los alimentos o en sus usos no alimentarios. Su historia ha estado tan unida a las grandes transacciones comerciales que su legado aún hoy se conserva en los nombres de lugares como la prehistórica Route du Sel en Francia o la Vía Salaria de la antigua Roma.

El uso de la sal como alimento comienza en la época del emperador chino Huangdi y se remonta a 2670 a.d.C. Una de las primeras salinas verificadas para su uso en la alimentación humana es en el norte de la provincia de Shanxi, en un lugar lleno de montañas y lagos salados. Es muy posible que el sol veraniego evaporara el agua de los lagos y la población se dedicara a recopilar los cristales de sal de la superficie.
Las primeras extracciones de sal mediante procesos elaborados se remontan a la época de la Dinastía Xia en los años 800 a.d.C. Durante esa época, las aguas marinas se metían en recipientes de barro expuestos al fuego hasta que se obtenían los cristales salinos por evaporación. 
En Occidente se han encontrado momias preservadas con las arenas salinas de los desiertos de Egipto que datan de 3000 a.d.C. Los usos que se hacían en el Antiguo Egipto incluían tanto los culinarios como los ritos funerarios. La sal egipcia provenía de las salinas solares ubicadas en las cercanías del delta del Nilo, pero también del comercio entre los puertos de las primeras culturas mediterráneas, en especial de Libia y Etiopía.
Los egipcios ya eran expertos en la exportación de alimentos crudos, pero gracias a la sal y a sus propiedades de conservación consiguieron expandir el número de alimentos comercializables, convirtiéndose en los primeros exportadores de pescado en salazón de la Antigüedad.




En Europa las minas de Hallein (que significa salina), en las inmediaciones de Salzburgo (ciudad de la sal), explotadas por los celtas son unas de las primeras aportaciones continentales al comercio de la sal. Cuando los celtas fueron cediendo a los avances del Imperio Romano, su conocimiento respecto a la extracción y uso de la sal fue traspasándose a los romanos.
Durante los primeros momentos del Imperio los patricios insistían en que cada hombre tenía derecho a una porción de “sal común”, otorgando una importancia fundamental a este producto. De hecho, su relevancia era tal que la mayoría de las ciudades romanas se construían junto a unas salina. Algunas de las vías más importantes que conectaban centros de comercio y rutas específicas se denominaban con un nombre que surge de la sal; “Vía Salaria”.
Incluso el término 'salario', derivado del latín “salarium”, proviene de la cantidad de sal que se les otorgaba a los legionarios romanos en forma de pago por su servicio en el ejército.


En la antigua Roma: Garum era la salsa de tomate romana, un condimento que era utilizado en casi todas las comidas. El color púrpura utilizado en la realeza fue descubierto por accidente cuando un fabricante de garum intentaba cocinar un tipo de marisco en dicha salsa. En la reacción con la sal, el marisco desprendió un color púrpura rojo.




También Grecia, involucrada en un extenso comercio de esclavos, intercambiaba sal por esclavos, de aquí viene la expresión "no vale un puñado de sal".

Durante la Edad Media se consolidó el comercio de la sal, ya que era un elemento fundamental en la conservación de los alimentos y era necesario para la supervivencia de todas las comunidades que registraban un crecimiento demográfico elevado. 
La sal era tradicionalmente cara, por eso se utilizaba para distinguir los niveles sociales. En los reinos medievales y del renacimiento europeos, los saleros eran puestos en la mesa al alcance de los considerados dignos. En cualquier mesa de la nobleza, estar sentado “más debajo de la sal” eran considerados como no ser dignos a tener acceso de tan lujoso condimento.

Dos fueron los grandes mercados que se consolidaron a lo largo de los siglos: el mercado de África Occidental, en la que la sal fue la principal mercancía que mantuvo a flote el comercio de oro transahariano con el mundo occidental; y la enorme industria salazonera de los Países Bajos en el siglo XVII, que influyó profundamente en el cauce del imperialismo europeo.

Conscientes de la importancia de la sal, tanto los señores feudales como posteriormente los monarcas, cobraban impuestos por el uso y explotación de la sal llegando a ser, durante las épocas de monarquía absoluta, uno de los ingresos más importantes de las arcas reales. De hecho, el impuesto francés denominado “la gabelle” provocó numerosos motines y revueltas y fue uno de los desencadenantes de la Revolución Francesa. Esta situación se mantuvo posteriormente hasta el siglo XIX en que la explotación y venta de la sal fue declarada libre en toda Europa. En España se liberalizó en 1869.


Mina de sal. Cardona (Barna)

La sal es un elemento esencial para el ser humano, la vida seria imposible sin ella, dado que el cuerpo humano la necesita para funcionar correctamente. (Por ejemplo, el hecho de que miles de las tropas de Napoleón murieron durante su retirada de Moscú, es atribuido a que sus heridas no se curaban debido a la falta de sal). La sal también se utiliza en cerca de 14.000 aplicaciones comerciales, desde la pasta y el papel, hasta la fijación de tintes en telas y tejidos, para fabricar jabones y detergentes, e incluso se utiliza para quitar el hielo en carreteras heladas.


Historias de la sal
Un anciano maestro Hindú se cansó de las quejas de su aprendiz así que, una mañana, le envió por algo de sal. Cuando el aprendiz regresó, el maestro dijo al joven infeliz que pusiera el puñado de sal en un vaso de agua y luego se la bebiera.

-“¿A qué sabe?” preguntó el maestro.

-“Amargo,” escupió el aprendiz.
El maestro rió entre dientes y entonces le pidió al joven tomar la misma cantidad de sal en la mano y ponerla en el lago. Los dos caminaron en silencio al lago cercano y una vez que el muchacho lanzó al agua su manotada de sal el viejo le dijo: “Ahora bebe del lago.”
En cuanto el agua se escurría por la quijada del joven, el maestro le preguntó: “¿A qué sabe?”
-“Fresca,” comentó el aprendiz.
-“¿Te supo a sal?”
-“No,” dijo el joven.
En esto el maestro se sentó al lado de este chico que le recordaba a sí mismo y le tomó sus manos:
“El dolor de la vida es pura sal; ni más, ni menos. La cantidad de dolor en la vida permanece exactamente la misma. Sin embargo la cantidad de amargura que probamos depende del recipiente en que ponemos la pena. Así que cuando estás con dolor, la única cosa que puedes hacer es agrandar tu sentido de las cosas. Deja de ser un vaso. Conviértete en un lago.”




La sal: Historia y curiosidades por raulespert

miércoles, 20 de marzo de 2013

El acelerador de partículas casero




El microondas es, sin duda alguna, uno de los mejores inventos que tenemos en nuestras cocinas. Sirve para cocinar o calentar cualquier alimento de manera rápida y sencilla, y todo el mundo sabe utilizarlo en mayor o menor medida. Sin embargo muy poca gente sabe de verdad cómo funciona un horno microondas y que, en realidad, es un pequeño acelerador de partículas casero.


Para comprender cómo genera calor un microondas debemos partir primero del concepto de ciclotrón. Un ciclotrón es un dispositivo formado por dos semicírculos (también conocidos como “des” debido a su similitud con la letra D) que acelera cargas eléctricas mediante un campo magnético. Aplicando un voltaje determinado a cada una de las des (A y B, e invirtiendo dicho voltaje varias veces, se consigue que la carga vaya de una a otra de manera continua, acelerando en cada viaje. Si la carga (en nuestro caso un electrón) se encuentra en un principio en la A se hace que la B tenga un potencial mayor para que dicha carga tienda a ir desde A hacia B. Si cuando el electrón se encuentra en B se intercambian los voltajes hacemos que la carga vuelva a desplazarse desde B hacia A. En cada sucesivo viaje se consigue que la carga vaya adquiriendo energía.

Si además de las des se coloca un campo magnético creado por un imán de manera que dicho campo sea perpendicular a la superficie de las des, logramos que la carga, en lugar de trasladarse de una "D" a la otra, siga una línea recta en un camino en forma de espiral. Este movimiento acelerado del electrón crea un campo electromagnético con una frecuencia determinada, que es precisamente lo que sucede en nuestros hornos microondas. 


Realmente, en el microondas no hay dos des, sino que tenemos un dispositivo llamado magnetrón en el cual se produce todo el proceso de una manera ligeramente diferente al del ciclotrón. En el interior del magnetrón, en una cavidad cilíndrica metálica, se encuentra un filamento de titanio por el que circula una corriente eléctrica. Esta corriente provoca una nube de electrones alrededor del filamento, que al aplicar una elevada diferencia de potencial entre el filamento (cátodo) y la cavidad cilíndrica (ánodo) provoca el movimiento de los mismos. Añadiendo además un campo magnético paralelo al filamento hacemos que los electrones describan un movimiento en espiral hasta llegar finalmente al ánodo. Precisamente, en este trayecto, es cuando los electrones emiten la microonda que esperamos.
fuente:http://www.wisphysics.es




Algunas explicaciones, consejos y precauciones.

Un típico horno de microondas utiliza entre 500 y 1000 W de energía de microondas a 2,45 GHz para calentar la comida. Este calentamiento es causado principalmente por la vibración de las moléculas de agua. Por tanto, los recipientes de plástico, vidrio o papel sólo se calientan por están en contacto con la comida caliente. Esos materiales absorben directamente poca de energía.

¿Porqué 2,45 GHz? Las moléculas de agua no son resonantes en esta frecuencia. Una amplia gama de frecuencias de trabajo pueden calentar el agua de manera eficiente. La elección de la frecuencia de 2,45 GHz tiene una serie de razones, entre ellas no interferir con las frecuencias asignaciones del espectro electromagnético (comunicaciones y otras) y de conveniencia en la aplicación. Además, la longitud de onda da resultados razonables de penetración de las microondas en los alimentos.

Dado que las paredes de cavidad de la cámara del horno reflejan las microondas, casi toda la energía generada por el horno es usada para calentar los alimentos y la velocidad de calentamiento, por tanto, sólo depende de la potencia disponible y la cantidad de alimento que se está cocinado. Sin tomar en cuenta las pérdidas por convección, el tiempo para calentar los alimentos es aproximadamente proporcional a su peso. Así pues, a dos tazas de agua le tomaran dos veces más tiempo para llevar a ebullición, que una sola.

El calentamiento no es (como popularmente se cree) de adentro hacia afuera. La profundidad de penetración de la energía de microondas solo alcanza unos pocos centímetros. Sin embargo, a diferencia de un horno convencional donde se aplica el calor al exterior de los alimentos, las microondas que penetran unos pocos cm y generan el calor dentro del alimento.

*Un efecto muy real que puede ocurrir con líquidos es el sobrecalentamiento. Es posible calentar un líquido como el agua pura que por encima de su punto de ebullición si que se formen burbujas. Ese líquido sobre-calentado puede hervir de repente y con violencia si se retira del horno, con consecuencias peligrosas. Esto puede tener lugar en un horno de microondas ya que el calentamiento es relativamente uniforme en todo el líquido. En una hornilla, el calor llega desde la parte inferior y habrá tiempo de ver las pequeñas burbujas en el fondo mucho antes de que el volumen total de liquido alcance el punto de ebullición.

*La mayoría de los objetos de metal deben ser excluidos de un horno de microondas, especialmente si tienen bordes muy finos y pronunciados (zonas de alto gradiente de campo eléctrico) ya que sobre estos se pueden generar chispas o arcos que, como mínimo, suponen un riesgo de incendio. Algunos microondas tienen estantes de metal con esquinas bien redondeadas para prevenir este efecto.

*Un horno de microondas nunca debe ser activado sin nada dentro. Si no tiene una carga que absorba las microondas generadas, toda la energía rebota dentro y una gran cantidad se refleja de vuelta a la fuente. Esto puede causar costosos daños al magnetrón y otros componentes.

fuente: comunidaddeelectronicos.com

martes, 19 de marzo de 2013

Primavera 2013. Cielo y temperie.

Según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional (Instituto Geográfico Nacional - Ministerio de Fomento), la primavera de 2013 comenzará el miércoles 20 de marzo a las 12h 02m hora oficial peninsular, una hora menos en Canarias. Esta estación durará 92 días y 18 horas, y terminará el 21 de junio con el comienzo del verano.

Durante esta primavera se producirán tres eclipses, dos de Luna de muy baja magnitud que serán visibles en España y uno anular de Sol que no será visible en España. 
En cuanto a los planetas, la primavera del 2013 será una muy buena ocasión para verlos. Saturno pasará de ser visible al final de la noche durante la primera parte de la primavera a ser visible en el cielo vespertino al final de la estación, produciéndose su máximo acercamiento anual a la Tierra a finales de abril. 

Imagen de Saturno tomada por Jorge Fernando Peyon , Buenos Aires, Argentina, obtenida el día 10 de Mayo de 2008, a 23:10 Horas, a través de un telescopio MEADE 10" LX 200, f/10 Schmidt-Cassegrain , con un tiempo de exposición de 1,6 segundos , mediante técnica de proyección empleando un ocular de 6.4 mm, con foco y distancia focal efectiva de f/ 117 y 45085 mm respectivamente. La cámara empleada es una Canon EOS Digital Rebel 350 D.


Júpiter brillará al principio de la noche casi toda la primavera y Venus se unirá a él a partir de mayo. Aunque difícil de predecir, la actividad magnética solar durante esta primavera será probablemente alta, dada la proximidad del máximo solar previsto para junio de 2013.

“Los dos planetas son fáciles de identificar debido a que son muy brillantes. No hace falta telescopio. Solo hay que mirar hacia el oeste poco después de la puesta de Sol, a mediados del mes de mayo. Venus, el objeto más brillante, está por encima. Debajo, algo más tenue, se encuentra Júpiter.”

Por otra parte, el domingo 31 de marzo tendrá lugar el cambio de hora, recuperando el horario de verano. Este día coincide con el Domingo de Pascua.



El inicio de las estaciones viene dado, por convenio, por aquellos instantes en que la Tierra se encuentra en unas determinadas posiciones en su órbita alrededor del Sol. En el caso de la primavera, esta posición es aquella en que el centro del Sol, visto desde la Tierra, cruza el ecuador celeste en su movimiento aparente hacia el norte. Cuando esto sucede, la duración del día y la noche prácticamente coinciden, y por eso, a esta circunstancia se la llama también equinoccio de primavera. En este instante en el hemisferio sur se inicia el otoño.

El equinoccio de primavera puede darse, a lo sumo, en tres fechas distintas a lo largo del siglo XXI, pudiendo iniciarse en los días 19 al 21 de marzo (fecha oficial española), siendo su inicio más tempranero el del año 2096 y el inicio más tardío el de 2003. Las variaciones de un año a otro son debidas al modo en que encaja la secuencia de años según el calendario (unos bisiestos, otros no) con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol (duración conocida como año trópico).

Esta es la época del año en que la longitud del día se alarga más rápidamente. A las latitudes de la península, el Sol sale por las mañanas antes que el día anterior y por la tarde se pone después. Como consecuencia, el tiempo en que el Sol está por encima del horizonte aumenta casi tres minutos cada día.

La actividad del Sol se caracteriza por la presencia en su superficie de manchas, fulguraciones y protuberancias, y en la Tierra, se aprecia en alteraciones en la propagación de las ondas de radio y en una mayor presencia de auroras polares. Esta actividad sigue un periodo de aproximadamente 11 años, y está asociada al ciclo magnético del Sol. Actualmente nos encontramos en el ciclo solar número 24 que comenzó en diciembre de 2008 y se espera que llegue a su máximo en mayo de 2013. Según las estimaciones realizadas por NOAA y Space Weather Prediction Center, durante la primavera el número de manchas solares alcanzará valores entre 76 y 100. Gráficas con el número de manchas solares en los últimos años y predicciones de la evolución del ciclo 24 pueden encontrarse en NOAA / NWS Space Weather Prediction Center. Júpiter será ocultado por el Sol en su conjunción del 19 de junio.

En toda época del año hay algún fenómeno astronómico de interés, predicho (como son los eclipses) o no (como los cometas nuevos). Suele ser preferible realizar las observaciones en fechas cercanas a la luna nueva (10 de abril, 10 de mayo y 8 de junio), salvo cuando se pretende observar la propia Luna.

La primera luna llena de la primavera se dará el 27 de marzo, siendo el domingo siguiente (31 de marzo) el Domingo de Pascua. En esta primavera se darán otras dos lunas llenas: 25 de abril y 25 de mayo.

Si no se dispone de ningún telescopio, se pueden observar las lluvias de meteoros que se producen ocasionalmente. La lluvia más importante de la primavera suele ser la de las Eta Acuáridas, cuyo máximo se da alrededor del 5 de mayo.

En cuanto a las agrupaciones ficticias de estrellas conocidas como constelaciones, alrededor de la estrella Polar se verán a lo largo de la noche la Osa Menor, el Dragón, Cefeo y el León (Leo).




Con grandes prismáticos o un pequeño telescopio, dotados de un filtro lunar adecuado, se puede observar el relieve de la Luna. Para tener una buena visión de él conviene ir observándolo noche tras noche mientras va creciendo la iluminación de la Luna, pues así se ven aparecer nuevos accidentes orográficos. Cuando la noche es más oscura por haber luna nueva, se puede intentar ver nebulosas de emisión como el complejo de nebulosas de Orión(Messier 42 y 43), el grupo de las estrellas Pléyades y el resto de supernova conocido como la nebulosa del Cangrejo (Messier 1). Con prismáticos también se pueden ver las lunas más brillantes de Júpiter y se puede hacer un recorrido por la franja estrellada que constituye la Vía Láctea.




Información proporcionada por el Observatorio Astronómico Nacional (IGN, Fomento).

Envenenadoras versus catavenenos. Historias del medievo

La dieta en la Edad Media.


Ni que decir tiene que el pueblo llano disponía de ingredientes muy distintos a los de los señores para enriquecer sus platos, lo que hacía que agudizasen el ingenio para crear suculentos manjares con exiguas materias primas. Durante el Renacimiento, los nobles y poderosos disponían de numerosos ingredientes con la posible excepción de la sal, de precio muy elevado en aquella época. Muchos de los cambios y costumbres que surgieron durante este periodo forman parte de los fundamentos de las cocinas nacionales y regionales de la actual Europa. Anteriormente, la sociedad medieval comía dos veces al día: el almuerzo al mediodía y una merienda ligera que era ingerida principalmente con la ayuda de cucharas, manteniendo la otra mano sin ningún cubierto. Aunque en la mesa se empleaba el cuchillo, la mayoría de las veces éste no se incluía con el plato, ya que se esperaba que cada uno de los comensales llevara consigo el suyo.


La práctica medieval en la mesa más habitual era compartir las copas y los recipientes donde se bebía. Esta práctica era muy común en los banquetes y era considerada un privilegio. Además, teniendo en cuenta las serias dudas que existían acerca de la potabilidad del agua y las recomendaciones médicas al respecto, esta costumbre se llevaba a cabo con bebidas alcohólicas, como el vino, pasando a ser el agua una de las bebidas de menor preferencia. Las recetas más abundantes eran las basadas en la carne debido a que dada la distancia que separaba a algunas regiones del mar y las escasas condiciones para la conservación del pescado, se echaba a perder muy pronto. Las únicas excepciones se producían durante la Cuaresma y, principalmente, se trataba de recetas de pescados de río. Curiosamente, el castor era considerado pescado debido a que se pasaba gran parte del día en el agua.

Las especias estaban entre los productos de mayor lujo disponibles en la Edad Media: las más comunes eran la pimienta negra, la canela, el comino, el jengibre y los clavos. La más cara y exclusiva era el azafrán. El azúcar era un producto muy caro en la Edad Media. El edulcorante más común era la miel, aunque también se utilizaban frutas secas y los mostos de uva. Para las clases más favorecidas existía el mazapán y los anillos de naranjas secas.
anillos de naranjas secas

Los alimentos más comunes eran:

Cereales: Centeno, cebada, alforjón, mijo y avena.
Frutas y vegetales: Col, remolacha, cebolla, ajo, zanahoria, limón, naranja, naranja amarga, pomelo, membrillo y uva.
Carnes: Cerdo, pollo, cisne, pavo, codorniz, gallina, perdiz, cigüeña, alondra, cordero y vaca.
Pescado: Arenque, bacalao, moluscos, lucioperca, carpa, dorada, percal lamprea, trucha, ballena y marsopa.
Dulces y postres: Miel, frutas secas, mostos de uva, hojaldres de crema, pasteles de mazapán y pera y galletas.


Las Envenenadoras



Uno de los grandes descubrimientos que realizó el ser humano es que, más allá de su belleza estética y sus propiedades alimenticias y medicinales, las plantas también pueden ser empleadas para asesinar en forma de veneno

Se considera veneno a cualquier sustancia que, al penetrar en el organismo por cualquier vía posible, altera y deteriora su funcionamiento pudiendo llegar a causar la muerte. En un sentido más estricto, podemos decir que un veneno interrumpe la secuencia natural de las cadenas de reacciones químicas que mantienen la vida celular, causando una alteración en el metabolismo del organismo contaminado, y precipitándole a una desastre bioquímico que puede causar la muerte.

Cicuta
Además de la sustancia concreta empleada como tóxico, otro de los factores importantes en un envenenamiento es la dosis. La misma sustancia actuando en un organismo en diferentes concentraciones puede tener efectos muy diferentes. Por ejemplo, la Belladona es una planta que altera el sistema nervioso autónomo, que se encarga de funciones automáticas como la respiración y el ritmo cardiaco. En pequeñas dosis puede eliminar las contracciones intestinales dolorosas o dilatar las pupilas para hacer posible un fondo de ojos. En dosis más elevadas puede detener el corazón y la respiración y causar la muerte.

belladona
Como detalle anecdótico, la planta recibió el nombre de belladona (bella donna, bella mujer) porque en Venecia, durante el Renacimiento, surgió entre las mujeres la moda de emplear extractos de dicha planta dilatar la pupila; tal y como se ha dicho anteriormente. Diversos estudios de Psicología y Marketing han demostrado que las caras de personas con las pupilas dilatadas resultan más agradables y atractivas al espectador.

Las grandes envenenadoras de la Historia son mujeres. Como es bien sabido, el varón utiliza la fuerza bruta y arremete contra la mujer en irracionales ataques de ira o planeadas agresiones físicas. Las mujeres, por el contrario, son mucho más sutiles y se sabe de envenenadoras que han sido detenidas tras un número incierto de asesinatos y se sospecha de muchas otras que han quedado en libertad al no poder demostrarse sus crímenes.

En Roma apareció la primera ley antiveneno, bautizada como Lex Comelia Maestration, porque las autoridades se percataron del gran número de viudas ricas existentes. Locusta era una envenenadora oficial de gran poder en esa época. Hacía venenos a la carta en función del método de administración, el tipo de muerte y la rapidez de ésta. Cabe destacar que numerosos emperadores romanos murieron envenenados, como fue el caso de Augusto.


Los catavenenos

En la Edad media, los castillos acostumbraban a tener uno o varios probadores oficiales de comida, en previsión de un posible envenenamiento hacia el señor feudal. En el siglo XIII, la famosa envenenadora Toffana causó más de seiscientas muertes en Nápoles preparando cosméticos que contenían arsénico y que eran vendidos posteriormente. Se dice que contenía arsénico (u opio, según otras fuentes) y polvo de cantáridas, aunque algunos afirman que era una solución de trióxido de arsénico. El nombre por el que fue conociedo era “Acqua Toffana” o “Acqua di Napoli”. Otro veneno muy utilizado en esta época fue la Acquetta di Perugia, que incluía nuevamente arsénico, pero en esta ocasión mezclado con vísceras de cerdo putrefactas. Este veneno fue muy usado por Lucrecia y César Borgia, denominándolo “Acquetta” o “Cantarella”.

En la corte de Luis XIV, también conocido como el Rey Sol, existieron tres famosas envenenadoras: Catherine Deshayes, la marquesa de Brinvilliers y la marquesa de Montespan. La primera de ellas, más conocida con el nombre de La Voisin, fue acusada de numerosos envenenamientos. Regentó, al igual que Toffana, un lucrativo negocio de venta de venenos, que compraban mujeres deseosas de enviudar. También se vio implicada en un atentado frustrado contra la vida del rey de Francia con un preparado de arsénico y acetato de plomo (este último conocido también como Azúcar de Saturno), que posteriormente se denominó “Polvos De Sucesión”.

También se ha debatido mucho sobre el envenenamiento crónico de Napoleón, no obstante, científicos franceses han publicado recientemente un estudio en el que demuestran que las altas concentraciones de arsénico detectadas en sus cabellos no se deberían a una ingesta de este mortal veneno sino, más probablemente, a la utilización de este elemento químico para el cuidado capilar.




10 Famosos personajes de la Historia víctimas del veneno


viernes, 15 de marzo de 2013

Patentes de Tesla. Transmisión de energía sin cables.



El gran científico, de origen croata y nacionalizado norteamericano, Nikola Tesla patentó varios de sus desarrollos con bobinas, tales como las patentes del System of Transmission of Electrical Energy (patente US0645576, 20-03-1900) y el Apparatus for Transmission of Electrical Energy (patente US0649621), en las cuales describió nuevas y útiles combinaciones empleadas en bobinas transformadoras, preparadas y excitadas para provocar corrientes u oscilaciones que se propagaran por conducción a través del medio natural de un punto a otro punto remoto, y bobinas receptoras de las señales transmitidas. Estas bobinas permitían producir corrientes de muy alto potencial. 
Más tarde patentaría el Method of Signaling (patente US0723188, 17-03-1903) y el System of Signaling (patente US0725605, 14-04-1903) para bobinas con una elevada capacitancia transmisiva con un electrodo a Tierra, así como el Apparatus for Transmitting Electrical Energy (patente US1119732, del 18-01-1902), un transformador resonante auto-regenerativo de alto voltaje con núcleo de aire que genera un alto voltaje a alta frecuencia. Este último diseño del año 1902 es ya un diseño mucho más parecido a los diseños de las actuales bobinas Tesla que funcionan a chispa.


Transmisor y receptor de energía eléctrica de Tesla, de su patente US645576 de 20 de marzo del año 1900.

Como se puede apreciar, en estos diagramas se refleja el uso de arrollamientos espirales planos, donde el arrollamiento A (A') es el secundario de gran diámetro de muchas espiras de hilo fino, y C (C') es el arrollamiento primario, de muy pocas espiras e hilo mucho más grueso, rodeando al arrollamiento A cerca de la periferia de éste. En el transmisor (izquierda), G representa al generador adecuado de corrientes de alta frecuencia. El arrollamiento secundario A se conecta por un extremo a tierra, y el otro extremo (el centro de la espiral) se lleva, a través del conductor B, a un terminal D, de gran superficie y elevado (como puede ser un globo metalizado) a efectos de una mejor tansmisión de la energía hacia los equipos receptores. 
El receptor (derecha) captaría la energía transmitida por el transmisor por las corrientes inducidas en el terminal D', y se inducirían del secundario A' al primario C', reduciendo su tensión, pero aumentando el valor de la corriente eléctrica proporcionada, la cual se emplearía para encender lámparas L, mover motores M, o para ser empleada por otros dispositivos eléctricos.



Bobina de Tesla




Transmisión de energía eléctrica por medios naturales.


No. 787,412.
Patentado 18 de abril 1905.
Oficina de patentes de Estados Unidos.

NIKOLA TESLA, de Nueva York. Nevada

SISTEMA DE TRANSMISIÓN DE ENERGÍA ELÉCTRICA A TRAVÉS DE MEDIOS NATURALES,

ESPECIFICACIONES de Patente N º 787412, del 18 de abril de 1905.

Solicitud presentada 16 de mayo 1900, Renovada 17 de junio 1902. Nº serie 112.034,

Hago saber que yo, Nikola Tesla, ciudadano de los Estados Unidos, con domicilio en el barrio de Manhattan, en la ciudad, condado y Estado de Nueva York, he descubierto una nueva y útil mejora en el sistema de la transmisión de energía eléctrica, a través de los medios naturales, de la cual adjunto las siguientes especificaciones.

Se sabe, desde hace mucho tiempo, que las corrientes eléctricas pueden ser propagadas a través de la tierra, y este conocimiento ha sido utilizado de muchas maneras en la transmisión de señales y en la creación de una variedad de dispositivos de recepción alejados de la fuente de energía, principalmente con el objeto de suministrar energía sin hilos. 

También se sabe que las perturbaciones eléctricas pueden ser transmitidas a través del suelo por la conexión a tierra de uno sólo de los polos de la fuente, y para ello he hecho uso de sistemas que he diseñado con el fin de transmitir a través de los medios naturales señales inteligibles, o de potencia, pero todos los experimentos y las observaciones hechas hasta ahora han tendido a confirmar la opinión mantenida por la mayoría de los científicos de que la Tierra, debido a su inmensa extensión, aunque posee propiedades conductoras, no se comporta de la manera de un conductor de dimensiones limitadas con respecto a las perturbaciones producidas, sino que, por el contrario […] 

[…] he descubierto que a pesar de sus vastas dimensiones y en contra de todas las observaciones hechas hasta ahora el globo terrestre puede, en gran parte o en su totalidad, comportarse como un conductor de tamaño limitado, este hecho está demostrado por fenómenos nuevos, que me adelante se describirán. 

En el curso de ciertas investigaciones que realicé con el propósito de estudiar los efectos de descargas de rayos de tormentas eléctricas en la tierra observé que los instrumentos receptores de alta sensibilidad dispuestos para detectar los disturbios eléctricos producidos por las descargas, en algunas ocasiones no respondieron, cuando deberían haberlo hecho, y después de preguntarme sobre las causas de este comportamiento inesperado descubrí que es debido a la naturaleza de las ondas eléctricas que se producen en la tierra por las descargas de rayos crean nodos separados por regiones a distancias definidas que afectan a la fuente de los disturbios. De los datos obtenidos en un gran número de observaciones de los máximos y mínimos de estas ondas he descubierto que su longitud puede variar aproximadamente entre veinticinco y setenta kilómetros, y estos resultados y ciertas deducciones teóricas, me llevan a la conclusión de que las ondas de este tipo se puede propagar en todas las direcciones sobre el globo y que puede ser aún más ampliamente de diferentes longitudes, con límites extremos impuestos por las dimensiones físicas y las propiedades de la tierra.  

Reconociendo la existencia de estas ondas y la inconfundible evidencia de que las perturbaciones creadas en el origen se registraban hasta en lugares parte remotas del planeta, concebí la idea de producir este tipo de ondas en la tierra por medios artificiales con el objeto de utilizarlos para muchos propósitos útiles. 

Este problema se hizo extremadamente difícil debido a las inmensas dimensiones del planeta, y a las enormes tasas de electricidad que tenían que utilizarse para intentar aproximarse, a penas, a las tasas que son manifiestamente alcanzadas por las fuerzas de la naturaleza, en principio parecía irrealizable por medios humanos, pero mediante mejoras graduales y continuas en el generador de oscilaciones eléctricas, que yo he descrito en mis patentes Nos. 645.576 y 649.621, finalmente logré producir dichas corrientes eléctricas sin necesitar de altos consumos de energía eléctrica, como se muestra en muchas pruebas comparativas y mediciones, que muestran que en realidad superan las de las descargas de rayos, por medio de este aparato he encontrado que es posible reproducir siempre que se desee fenómenos en la tierra la misma o similar a las debidas a tales descargas. Con el conocimiento de los fenómenos descubiertos por mí y los medios de comando para lograr estos resultados estoy capacitado no sólo para llevar a cabo muchas operaciones por el uso de instrumentos conocidos, sino también para ofrecer una solución a muchos de los problemas importantes relacionados con el manejo o el control de dispositivos remotos que, a falta de este conocimiento y de la ausencia de estos medios, hasta ahora han sido totalmente imposibles. 

Por ejemplo, mediante el uso de un generador de ondas estacionarias y aparato de recepción correctamente colocado y ajustado en cualquier localidad, por remota que sea, es posible transmitir señales inteligibles, para controlar o para accionar a voluntad uno cualquiera o la totalidad de tales aparatos para muchos propósitos importantes y valiosos, como para indicar donde se desee la hora correcta de un observatorio, o para determinar la posición relativa de un cuerpo o distancia del mismo con referencia a un punto dado, o para determinar el curso de un objeto en movimiento, tal como un buque en el mar, la distancia recorrida por el mismo o su velocidad, o para la producción de otros muchos efectos útiles a distancia… 

[…] La figura 1 representa esquemáticamente el generador que produce ondas estacionarias en la tierra, y la figura 2 un aparato situado en una localidad remota que registra los efectos de estas ondas. 

La fig. 1A designa una bobina primaria que forma parte de un transformador y que consta generalmente de un par de vueltas de un cable grueso de resistencia inapreciable, los extremos de los cuales están conectados a los terminales de una fuente de potentes oscilaciones eléctricas, esquemáticamente representados por B. Esta fuente suele ser un condensador cargado con un potencial alto y se descarga en rápida sucesión a través del PRIMARIO, en un tipo de transformador inventado por mí y aún no dado a conocer pero que cuando se deseen producir ondas estacionarias de grandes longitudes de una dinamo alterna de construcción adecuada puede ser utilizado para energizar el primario A. 

C es una bobina secundaria en espiral insertada en el primario que tiene el extremo más cercano a este último conectado con el suelo y el otro extremo a un terminal elevado. Las constantes físicas de bobina C, la determinación de su período de vibración, se eligen de manera ajustada para que el sistema secundario en la CE resuene lo más exactamente posible a la resonancia de las oscilaciones impresas en el mismo por el primario A. Se trata, además de la mayor importancia con el fin de mejorar aún más el aumento de tensión y para aumentar la corriente eléctrica en el secundario, de que su resistencia sea tan pequeña como sea posible y su autoinducción lo más grande posible en las condiciones impuestas. 

El conexión al suelo debe hacerse con mucho cuidado, con el objeto de reducir su resistencia. En lugar de estar directamente conectada a tierra, como se indica, la bobina C se pueden unir en serie o de otra manera a la A primaria, en cuyo caso este último será conectado a la placa de E; pero de forma que la totalidad de las espiras del primario en la bobina C de la longitud total del conductor de tierra de la placa al terminal elevado debe ser igual a un cuarto de la longitud de onda de la perturbación eléctrica en el sistema de CE, o bien igual a la longitud multiplicada por un número impar... [...]




jueves, 14 de marzo de 2013

“El científico no estudia a la naturaleza porque sea útil. La estudia porque le deleita, y se deleita en ella porque es bella.”


[…]La ciencia se ha vuelto tan importante que hoy se considera a la “alfabetización”, o ilustración científica, como elemento indispensable de la ilustración cultural global, si no es que es equivalente a ella. 

[…]A pesar de la sinceridad y los esfuerzos de maestros y administradores, las reformas educativas no han resultado efectivas. Claro, puede que ahora el público sea más sensible que hace cuarenta años a algunos problemas relacionados con la ciencia, las armas nucleares, la guerra contra el cáncer, o las computadoras, pero el conocimiento actual que tiene de los hechos y principios que subyacen a tales problemas, no es mejor que el que tenía antes de la guerra. 

Al usar cualquier parámetro razonable nos damos cuenta de que somos todavía una nación de iletrados científicos, lo cual ha llevado a algunos educadores a sugerir que pronto habrá carencia de científicos e ingenieros profesionales. 

Una amenaza aún mayor, dicen los críticos, es el prospecto de que, a menos de que todos los ciudadanos estén científicamente ilustrados, serán incapaces de participar inteligentemente en una sociedad tecnológica y de llevar a cabo sus labores en forma competente. 

Durante las últimas décadas, el sistema educativo ha recibido numerosas críticas, algunas merecidas, pero en esta ocasión los críticos están equivocados. Porque, por herético que pueda sonar, obligar a todos los alumnos de enseñanza básica y media a llevar cursos de ciencia, no importa qué tan cuidadosamente diseñados estén, no producirá una sociedad científicamente letrada. 
Y aún peor, el razonamiento que busca justificar dicha alfabetización está equivocado: la ilustración científica generalizada no es esencial para desarrollar un electorado inteligente, para mantener una fuerza de trabajo en ciencia e ingeniería, ni para preparar a la gente para la vida en una sociedad cada día más tecnológica. Claro, debe enseñarse ciencia en la escuela, y debe enseñarse con los mejores métodos y equipo que tengamos a nuestra disposición, pero por razones distintas. 

¿Qué queremos decir, realmente, cuando hablamos de ilustración científica? 
Aunque no existe una definición clara y aceptada ampliamente, es justo decir que el individuo científicamente ilustrado cae en algún sitio entre dos extremos. 
En uno se halla el hombre o mujer que entiende los fundamentos, el estado actual y la mayoría de los problemas importantes de al menos las ciencias físicas y las de la vida. Esta comprensión no necesita ser operativa; es decir, para ser científicamente ilustrado uno no necesita ser capaz de realizar investigación ni resolver problemas en ese campo. Pero uno debería ser capaz de hacer lecturas productivas, con conocimiento de causa (incluyendo algo de la literatura técnica), y mantener discusiones inteligentes sobre temas relacionados con dichas disciplinas. Juzgados de acuerdo con estas medidas, pocos entre nosotros, incluso entre los científicos e ingenieros, podríamos considerarnos como letrados o ilustrados, lo cual sólo quiere decir que el criterio es demasiado exigente, no que dicha ilustración sea indeseable. 
En el otro extremo se halla el individuo que ha adquirido un amplio vocabulario de términos técnicos, quizá de memoria, y una breve definición de cada uno. 

Aquí la noción de ilustración o alfabetización tiende a volverse un poco vaga. Una cosa es reconocer un término técnico al leer o escuchar a alguien hablar sobre temas científicos, y quizá de este modo sentirse menos excluido de la ciencia. Pero otra muy diferente es apreciar el significado de tales términos y ser capaz de emplearlos en un discurso significativo. El simple reconocimiento no puede equipararse con la comprensión. 

Consideremos, como ejemplo de lo difícil que es definir la ilustración científica, el tan citado criterio para medirla la segunda ley de la termodinámica. Hace tres décadas, el físico C. P. Snow sugirió que estar familiarizado con dicha ley sería equivalente a haber leído una obra de Shakespeare. Usando el criterio de Snow, debería esperarse que una persona científicamente ilustrada supiera no sólo que la segunda ley es uno de los conceptos científicos más importantes, sino también que afirma que el calor no puede pasar, sin ayuda, de un cuerpo frío a uno caliente, y que de esto uno puede concluir que, debido a que el universo no es reversible, su entropía debe estar aumentando. Es seguro decir que tal comprensión satisface en alto grado la definición de ilustración científica de Hirsch, pero plantea más interrogantes de las que contesta. 

¿Qué son, después de todo, la termodinámica, el calor, la entropía y los procesos reversibles? ¿Por qué se considera más importante la segunda ley que la primera, que afirma que la energía total del universo permanece siempre constante? ¿Y qué puede decirse de las consecuencias de la segunda ley? ¿No debería un individuo científicamente ilustrado comprender que la entropía es una medida del orden de un sistema y que, una entropía siempre en aumento significa que el universo tiende a un mayor desorden, o que se va gastando? ¿Que el concepto de entropía nos proporciona una flecha del tiempo, por así decirlo, y que nos permite registrar el pasado pero no el futuro (observación probablemente tonta para la mayor parte de la gente, pero que tiene profundas implicaciones filosóficas)? ¿Dónde detenernos? ¿Deberíamos esperar que una persona científicamente ilustrada sepa que los organismos vivos parecen desafiar el principio del aumento de entropía porque aparentemente tienden a un mayor orden? ¿Pero que al analizarlos más detenidamente, la entropía del sistema total que mantiene al organismo, incluyendo su fuente de alimentos y su ambiente, en realidad aumenta? Incluso en este punto, hay muchas más cosas que esperaríamos que supiese el individuo científicamente letrado: por qué la comunidad científica tiene confianza en las leyes de la termodinámica; cómo las leyes se aplican a problemas prácticos en virtualmente todas las ciencias naturales e ingenierías (metabolismo celular, pérdida de calor en motores, corrosión de metales); y cómo nos dejan una advertencia práctica: ten cuidado con quienquiera que trate de venderte algo que parezca una máquina de movimiento perpetuo. 

El punto es que en ciencia hay mucho más detrás de las ideas, de lo que puede transmitirse mediante una simple definición. Conceptos como la segunda ley de la termodinámica no pueden tratarse aislados; saber cómo se interrelacionan con otros hechos y principios es esencial si se quiere ser verdaderamente ilustrado. 

[…]Incluso si fuera posible lograr una amplia ilustración científica, ésta no es ni remotamente tan esencial para tener éxito en el siglo xx como se cree comúnmente. 

[…]Si la ilustración científica amplia no es necesaria para una ciudadanía responsable, para el éxito económico, para mantener una reserva de científicos, ni para usar máquinas, ¿hay algo que pueda decirse a su favor? Sí lo hay, y puede rastreárselo hasta las ideas propugnadas por científicos del siglo XIX, como el biólogo Thomas Huxley y el matemático Jules Henry Poincaré. 
Los estudiantes tendrán la mayor ganancia, dijeron Huxley y Poincaré, si estudian ciencia principalmente por los valores estéticos e intelectuales que ofrece. “El científico no estudia a la naturaleza porque sea útil”, escribió Poincaré en El valor de la ciencia, publicado en 1907. “La estudia porque le deleita, y se deleita en ella porque es bella.” Aunque la idea de Poincaré no fue muy ampliamente aceptada cuando la propuso por primera vez, tal vez hoy su momento ha finalmente llegado. 

Durante sus primeros encuentros con la ciencia al observar fuego, luz, magnetismo, cambios químicos, animalitos, los estudiantes casi siempre se muestran fascinados y curiosos. Luego, conforme pasa el tiempo, y conforme los cursos de ciencia van poniendo cada vez más énfasis en la memorización, los datos y el estudio de temas en los que el estudiante no tiene ningún interés personal, la magia se agota y es reemplazada por el aburrimiento o, peor, el rechazo abierto. Puede hallarse evidencia de esta alienación inevitable en cada aula de ciencias de bachillerato. 

Quizá aquí hay una lección. Si el sueño de la ilustración científica yace ahora en pedazos es porque era un sueño imposible desde un principio. Reconocer esto podría permitirnos fijar una meta que parece menos ambiciosa pero que, a la larga, es más prometedora. ¿No es más deseable nutrir la apreciación de la ciencia y por tanto mantener abierta para algunos individuos la posibilidad de la ilustración completa que forzar el aprendizaje de hechos y fórmulas y por tanto inculcar un rechazo hacia la ciencia que probablemente garantice la ignorancia de por vida?

Morris Shamos. 
Revista The sciences, de la Academia de Ciencias de Nueva York (vol. 28, no. 4, págs. 14-20, julio-agosto de 1988). Traducción de Martín Bonfil Olivera.

Morris Shamos (1917-2002) fue profesor emérito de física en la Universidad de Nueva York y presidente de la Asociación Nacional de Profesores de Ciencia y de la Academia de Ciencias de Nueva York. Escribió, junto con Mary Budd Rowe, el libro The Myth of Scientific Literacy (El mito de la alfabetización científica), publicado por Rutgers University Press en 1995.