miércoles, 13 de marzo de 2013

¿Murciégalo o... murciélago?





El castellano es un idioma tan flexible, versátil y vigoroso, que suele deparar extraordinarias sorpresas a quienes pretenden dominarlo, por ejemplo (para sorpresa de muchos) decir “murciégalo” es tan lícito como decir murciélago, y es indistinto emplear “vagamundo” o vagabundo. Así lo aprobó la Real Academia Española, que también admitió “agora” en vez de “ahora”, “cuadriplicar” por “cuadruplicar” y “pilotear” por “pilotar”. 

El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) también contiene cantidad de vocablos con definiciones contrarias entre sí; véase si no: “huésped”, que tiene cinco acepciones, la primera es: “persona alojada en casa ajena”, la cuarta: “mesonero o amo de posada” y la quinta: “persona que aloja en su casa a otra”. Es decir: el dueño o mesonero y su visita, son huéspedes el uno del otro. ¿En qué quedamos?.

Los participios, por otra parte, suelen ser una caja de Pandora, se sabe que bendecir, y su antónimo maldecir, tienen dos formas, una regular y otra irregular de participio, que son bendito y bendecido, y maldito y maldecido. 
El problema es saber cuándo emplear una forma y cuándo la otra, bendecido y maldecido se usan por lo general en la formación de los tiempos compuestos (“lo ha bendecido la suerte”, “lo ha maldecido una bruja”); en tanto que bendito y maldito se utilizan como adjetivos (“agua bendita”, “hombre maldito”). 
Pero con el verbo romper y sus compuestos, pasa algo extraño: aunque su participio es roto y no rompido, corromper -que es el compuesto de romper- tiene como participio regular a “corrompido”, y como irregular, a “corrupto”, este último derivado de “ruptus”, que es la raíz latina de roto. 

Y ¿qué pasa con los diminutivos?, en castellano el diminutivo rebaja el significado del vocablo del que deriva; “cosita” es menos que cosa, “perrito” es más chico que perro. Pero en algunos casos, lo aumenta: “está clarito” significa más que está más que claro, y “os espero tempranito mañana” significa que debéis llegar más que temprano. 

Se mantienen palabras en el DRAE que ya nadie usa, ni conoce, como por ejemplo: “huebos” o “uebos”, que no son formas incorrectas de “huevos”, ni tienen nada que ver con el embrión que producen las hembras de las aves; aunque una vez un juez lo creyó así y querelló por desacato a un abogado, porque entendió que éste había dicho que la sentencia que acababa de dictar debía ser revocada “por huevos” en vez de por "uebos". El abogado negó haber sido irrespetuoso, y puntualizó que lo que él había dicho era que debía ser revocada “por uebos”, así, sin hache y con be, que significa “necesidad” o “cosa necesaria”. 
Y en efecto, se trata de un arcaísmo latino que se encuentra en el castellano antiguo en frases como “uebos me es”, que significa “es mi necesidad”, en el Poema del Mio Cid, en cambio, figura escrito con hache: “nos huebos avemos en todo de ganar algo” (nosotros necesitamos tener alguna ganancia en todo). 

Incluso con las tildes hay dudas, porque ¿cómo se dice? período o periodo, élite o elite, guión o guion, ícono o icono, fútbol o futbol, píxel o pixel, chófer o chofer, zodíaco o zodiaco, cóctel o coctel, austríaco o austriaco. Para el DRAE todas ellas están muy bien escritas, con o sin acento. 


En fin, cosas de la Real Academia.




Fuente: Télam.

1 comentario:

  1. ERES UN MAESTRO PAPITO! Me ha gustado mucho, Todo el mundo debería leer esto por uebos, así hablaríamos mejor jeje :D

    ResponderEliminar