sábado, 16 de febrero de 2013

Armarse la marimorena



Armarse la marimorena: Describe una gran algarabía, o, mucho alboroto, con disputas, reyertas, voces y golpes. Es común explicar esta expresión de acuerdo con la pretendida historia de una mesonera llamada María, o María Morena. Tabernera de fuerte carácter, regañona y amiga de pendencias. 

Esta historia sugiere que a mediados del siglo XVI había una taberna en Madrid regentada por esta mujer y su esposo, un tal Alonso de Zayas. Estos mesoneros guardaban el mejor vino para sus clientes distinguidos y ofrecían el de menos calidad al vulgo. En cierta ocasión parece que los clientes se enfadaron y quisieron probar el vino bueno, a lo que la fornida mesonera se negó en redondo. María Morena era una mujer de armas tomar, de las que no se recataban a la hora de llamar la atención o montar un follón a aquellos clientes que pretendían marcharse sin pagar o habían bebido más de la cuenta; por lo que su fama la precedió, llegando hasta nuestros días la famosa expresión“se armó o armarse la marimorena” como sinónimo de riña o bronca. La disputa fue tan fenomenal que no quedó mesa sana ni silla en que sentarse, y los golpes y las puñadas se repartieron con tanto ímpetu que sólo la llegada de los alguaciles pudo disolver la cuestión. La fama de aquella trifulca prosperó y por esta razón se habla hoy de esta mesonera. 

Ahora bien, a la mayoría de las taberneras y venteras de aquella época se las llamaba María, (como Maritornes) y es el nombre tópico de las mozas de las posadas, también acostumbradas al trasiego de huéspedes y viajeros, estas mozas (asturianas, muchas veces) solían envolverse en disputas y querellas con los hombres cargados de vino y con pocos escrúpulos. La expresión, por tanto, bien puede hacer referencia a la esposa de Alonso de Zayas, o a cualquier otra, dado que Marías eran todas o casi todas las taberneras, y “morena” es la forma típica de llamar a una moza española.

José Mª de Zuaznávar, en un folleto de 1834 que comentaba las causas judiciales de la capital, cuenta que"había entre ellas algunas curiosas, como la formada el año 1579 contra Alonso de Zayas y Mari Morena, su mujer, tabernera de corte, por tener en su casa cueros de vinos y no quererlos vender".
Según Zuaznávar, "es muy verosímil que el nombre y apellido de esta mujer encausada, su clase y la calidad de su culpa, hubiesen dado origen desde el año 1579 a la expresión, hoy muy usual, de marimorena por pendencia".

Clemencín, comentarista de "El Quijote", parece coincidir en esta opinión cuando afirma que "hay quien atribuye el origen de esta voz a las quimeras que antiguamente excitó una María Morena, tabernera de Madrid, y dieron origen a ruidosos procesos judiciales, que se guardaban, según se dice, en el archivo de la Sala de Alcaldes de Casa y Corte".

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