apócrifo, fa.
1. adj. Fabuloso, supuesto o fingido.
2. adj. Dicho de un libro atribuido a autor sagrado: Que no está, sin embargo, incluido en el canon de la Biblia.
Del latín apocryphus, y éste del griego ἀπόκρυφος (apokryphos) “oculto”, que a su vez deriva del verbo kryptein ‘ocultar’.
Apócrifo se usa hoy con el significado de ‘fabuloso’ o ‘falso' pero, en una época lejana, apócrifo significó oculto: algo alejado del conocimiento luminoso, claro y demostrable.
Probablemente este término sea más conocido por haber sido el empleado para referirse a los libros atribuidos a autores sagrados que no han sido incluidos en la Biblia. Poco a poco esta acepción fue adquiriendo matices de fábula y fingimiento para consolidar su significado actual.
La acepción antigua surge de numerosos relatos acerca de la vida de Cristo y de sus apóstoles, que jamás fueron acogidos oficialmente por la Iglesia (aunque no son menos auténticos que las narraciones de los cuatro evangelistas del Nuevo Testamento), el veto de la Iglesia causó que, estos textos, tuvieran que permanecer ocultos durante muchos siglos. Hoy son conocidos apenas por los estudiosos de temas bíblicos, y aún se los denomina ‘evangelios apócrifos’.
La otra acepción más moderna comenzó a utilizarse en 1614, nueve años después de la publicación de Don Quijote de la Mancha, cuando apareció una nueva versión firmada por un ignoto Alonso Fernández de Avellaneda, probablemente un seudónimo. La obra fue designada El Quijote apócrifo, esta vez con el sentido de ‘falso’ y no de oculto.
Apócrifos
Fuente: Ricardo Soca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario