"De todas las enseñanzas que la vida me ha proporcionado, la más acerba, más inquietante, mas irritante para mí ha sido: convencerme de que la especie menos frecuente sobre la tierra es la de los hombres veraces.
Yo he buscado en torno, con mirada suplicante de náufrago, los hombres a quienes importase la verdad, la pura verdad, lo que las cosas son por sí mismas, y apenas he hallado alguno.
Los he buscado cerca y lejos, entre los artistas y entre los labradores, entre los ingenuos y los "sabios".
Como Ibn-Batuta, he tomado el palo de peregrino y hecho vía por el mundo en busca, como él, de los santos de la tierra, de los hombres de alma especular y serena que reciben la pura reflexión del ser de las cosas. ¡Y he hallado tan pocos, tan pocos, que me ahogo!
Sí: congoja de ahogo siento, porque un alma necesita respirar almas afines, y quien ama sobre todo la verdad necesita respirar aire de almas veraces.
"No he hallado en derredor sino políticos, gentes a quienes no interesa ver el mundo como él es, dispuestas sólo a usar de las cosas como les conviene..."
Don José Ortega y Gasset. Extraído de su obra <El Espectador>.
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