domingo, 9 de diciembre de 2012

OBSERVACIÓN ASTRONÓMICA. Las estrellas en diciembre II. (Por Dimas L. B.G.)

Hola de nuevo. Bienvenidos a Los relatos de SamiD. Y continuamos con la observación del cielo nocturno durante la noche del 13 y la madrugada del 14 de diciembre de 2.012.

Tomando como referencia a Sirio; una vez tengáis localizada esta estrella (si es que habéis seguido el procedimiento que os expliqué en la primera parte de éste tutorial astronómico Las estrellas en diciembre 1ª parte), aproximadamente hacia las dos de la madrugada levantad la vista hacia el firmamento a la vez que os giráis ligeramente hacia el Oeste (vuestra derecha estando cara al Sur).


Pues bien:

A unos 45º sobre Sirio, en esa diagonal imaginaria que habéis trazado en el cielo partiendo de la estrella, encontraréis tres soles perfectamente alineados y muy próximos entre ellos: son Alnitak, Alnilam y Mintaka, los tres conforman el archiconocido: “Cinturón de Orión”; también llamado “Los tres Reyes Magos” ó “Las tres Marías”.
Estas tres estrellas pertenecen a la famosa constelación de Orión, también conocida como "El cazador" o "La catedral del cielo".


  

Orión era hijo de Poseidón, dios del Mar, y de Gea (Juno para los romanos), la diosa de la Tierra. Al nacer creció tanto que llegó a convertirse en un auténtico gigante. Tan enorme era, que podía andar por el fondo de los mares profundos sin que jamás las aguas le cubrieran de hombros para arriba.


Orión está representado por un guerrero alzando su arco y cubriéndose del enemigo con un vellocino. A su lado se encuentran sus perros guardianes: Canis Mayor y Canis Menor.Orión, el gran cazador que a causa precisamente de su grandeza, se tornaría en soberbio, acarreando la ira de Gea.


Después de muchas aventuras, Orión fue a la isla de Quíos, donde al poco tiempo se enamoró de Mérope, la hija del rey Enopión. Tal era su amor hacia ella que la pidió en matrimonio. Enopión consintió en ello, pero previamente exigió al gigante que demostrara su valor llevando a cabo una difícil misión: Orión tendría que exterminar un gran número de animales dañinos que estaban causando enormes pérdidas en las cosechas de la isla. Una vez que Orión hubo exterminado todas las alimañas, el monarca se negó a cumplir con la palabra dada a Orión. Orión intentó vengarse de Enopión, pero no pudo encontrarlo ya que éste se refugió en una cámara subterránea tan enrevesada, que era prácticamente inescrutable. Entonces, Orión montó más aún en cólera y, enfurecido, descargó su ira en todas las bestias que se atravezaban en su camino sin distinción de ferocidad o inocencia. Tal fue la matanza que Orión había causado, que su madre Gea tuvo que intervenir pidiéndole, que cesara en su absurda tarea. Orión, violento e irreflexivo, hizo caso omiso a las palabras de su madre y siguió en sus trece, a pesar de las repetidas advertencias de Gea.

Un día, cuando el soberbio Orión, se encontraba reunido con sus amigos, envaneciéndose de que ni las bestias más terribles como los tigres, las panteras, los leones o serpientes eran capaces de producirle espanto alguno, su madre Gea llegó al límite de su paciencia, la cual le mandó un escorpión muy venenoso. Orión, al verlo, no pudo contener su irónica sonrisa ante la ridiculez de aquel insignificante adversario enviado por Gea.

Orión se confió y el escorpión le picó en un talón con su potente aguijón venenoso, y tan pronto como hizo eso, Orión le aplastó con su mazo. La terrible ponzoña se extendió por toda la sangre de Orión y éste cayó al suelo medio moribundo. Cuando vio que la muerte era ya inminente, pidió auxilio e imploró venganza al todopoderoso Zeus, ya que la muerte que le acechaba era poco gloriosa para un personaje de su talante. Le pidió al dios supremo que lo colocaran en los cielos con sus dos fieles perros de caza (Canis Mayor y Canis Menor) y una liebre (Lepus), para que los hombres, cuando miraran hacia arriba en las oscuras noches estrelladas, recordaran las aventuras del gran cazador Orión. También le pidió a Zeus el dominio de las tempestades, las tormentas, el hielo y los vientos, a fin de poderse vengar así de su madre la Tierra (Gea).
Gea, en venganza por los crímenes de Orión, mandó a un escorpión para que se enfrentara con él, inyectándole su veneno y pereciendo a su vez.

Zeus fue condescendiente con Orión y atendió sus súplicas. La Tierra tembló, y desde entonces lo ha venido haciendo hasta nuestros días cada vez que ha visto aparecer a Orión sobre el firmamento, ya que éste siempre ha traído consigo el viento, el frío, las tempestades, los hielos, las nieves y las escarchas, que tan abundantes son en invierno sobre la Tierra, coincidiendo con la llegada de esta constelación.

También se encargó Zeus de situar el Escorpión (Scorpius) en el firmamento, pero tuvo cuidado de ponerlo lo más alejado posible del gigante para que nunca más volvieran a enfrentarse. Así pues, cuando Orion desaparece de la bóveda celeste es cuando hace su aparición la constelación de escorpión. Mientras que Orión aparece durante el invierno, Scorpius lo hace en el verano, perpetuando su lucha contínuamente.Así la constelación de Orión y la de Escorpio jamás son visibles en el mismo momento.

Antiguamente Orión era utilizada para predecir las estaciones: la salida de Orión a la medianoche significaba que las uvas estaban listas para la cosecha; la salida de mañana indicaba el inicio del verano, y la salida vespertina, la llegada del invierno.



Debeis saber que algunos científicos afirman (Teoría de la correlación de Orión), que las tres pirámides egipcias de Guiza (pertenecientes a los faraones Keops, Kefrén y Micerinos de la IV Dinastía) están alineadas con gran exactitud, pese a su monumentalidad, con el cinturón de Orión, es decir, forman una imagen de sus estrellas en la tierra.
En la actualidad esto no es exacto: las tres estrellas de Orión forman un ángulo que difiere por unos pocos grados con el que forman las pirámides.
Pero, si se calculan los cambios precesionales del cinturón de Orión a lo largo de los siglos, se comprueba que hubo un momento en que estas tres estrellas estuvieron alineadas exactamente igual en relación a la Vía Láctea que las pirámides en relación al río Nilo: hacia el 10.500 a. C. Robert Bauval realizó estos cálculos, que muestra en su libro "El misterio de Orión", y especula con la posibilidad de que sea en esta época en la que se concibió el proyecto maestro de las pirámides de Gizeh.
Va más allá incluso, planteando que: no sólo estas últimas están dentro de la correlación de Orión, sino que también el resto de pirámides (construidas la mayoría en dinastías posteriores) tienen su imagen en el cielo; estas pirámides son las de Dahshur, Abusir, Zawyet el-Aryan y Abu Roash. 


Las dos estrellas más espectaculares y brillantes de Orión son:

•  α Orionis (Betelgeuse), supergigante roja variable cuyo brillo fluctúa entre magnitud 0,5 y 1,3. Aunque Betelgeuse tiene la denominación Alfa, Rigel aparece en la actualidad como más brillante.
•  β Orionis (Rigel), con magnitud 0,12 es la estrella más brillante de la constelación. Es un sistema estelar triple cuya componente principal es una supergigante azul muy luminosa.




Esta noche podeis ver también en el cielo el conocido triangulo de invierno que será visible hasta bien entrada la primavera. Está conformado por las tres estrellas más brillantes en el cielo en ésta época, y podéis trazar su silueta si unís sus tres vértices imaginarios que son: la espectacular Sirio, la hermosísima Betelgeuse y, cerrando el triángulo perféctamente equilatero, el tercer vértice está en Procyon (o Proción) la estrella alfa, o lo que es lo mismo la más brillante, de la constelación del Can Menor.



A la derecha y por encima de Orión luce otra estrella destacada: Aldebarán, que representa el ojo fulgurante de otra constelación muy conocida: Tauro, Aldebarán tiene un brillo similar a Betelgeuse y ambas muestran una acusada tonalidad naranja.

Si se prolonga la línea que va desde Orión a Aldebarán se llega a un grupo de estrellas de aspecto difuso llamado "Las Pléyades", un cúmulo estelar apreciable con prismáticos.




Encima de Orión, casi directamente entre esta constelación y el polo norte celeste, se halla la estrella brillante "Capella". Y encima y a la izquierda de Orión, sobre el triángulo de invierno, luce la célebre pareja estelar "Castor y Pollus" los gemelos celestes de la constelación de Géminis.


Al Este de Castor, Pollus y Proción podéis encontrar la constelación de "Leo". Y otras muchas que podéis identificar en la siguiente imagen.
 

Pero... bueno... quizás es "mucho cielo" para una sesión... ¿Verdad?... vamos a dejarlo aquí, de momento...

Aunque... antes de despedirnos os quiero hablar de un acontecimiento espectacular, cuyo máximo tendrá lugar ésta noche del trece al catorce de diciembre: La lluvia de estrellas denominada de las "Gemínidas".
Este año la ausencia de Luna facilitará la observación del evento. El radiante se encuentra al norte de Castor, la estrella alfa de la constelación de Géminis.
Esta lluvia de estrellas es notable porque las fugaces visibles destacan por la variedad del colorido de sus trazos. Se estima que puedan ser visibles unos 100 ó 120 meteoros por hora, esto es, una estrella fugaz casi cada treinta segundos...
Las Gemínidas son producidas por el asteroide 3200 Phaeton, que muchos astrónomos sospechan que es el núcleo de un cometa extinto.


Ya sabes, durante la madrugada del catorce de diciembre, mirando al Sureste, hacia la constelación de Géminis, te espera un grán espectáculo celeste: ¡miles de bonitas y coloridas estrellas fugaces¡...  ¿Sabías que,... si consigues ver tres seguidas,... puedes pedir deseo y se cumplirá?.....
 

¡Buenas noches!....  Que te diviertas...¡Continuaremos cualquier otra noche del més de Enero de 2.013... ¡ Nos vemos por aquí, en el blog: Los relatos de SamiD

No hay comentarios:

Publicar un comentario