jueves, 12 de septiembre de 2013

Propóleos

D.R.A.E.
propóleos. (Del lat. propoleos, genit. de propŏlis).

1. m. Sustancia cérea con que las abejas bañan las colmenas o vasos antes de empezar a obrar.





Plinio el Viejo llamó própolis a la cera con la que las abejas recubren la entrada de las celdas de sus panales.



Los griegos llamaban própolis a las puertas de una ciudad, voz formada por el prefijo pro- y polis 'ciudad'. Más tarde, Plinio empleó esta palabra en latín para darle nombre a la cera –extraída de las yemas de los árboles– con la que las abejas recubren la entrada de sus colmenas a fin de protegerlas contra hongos y bacterias. El genitivo de esta palabra en latín era propoleos, forma en la cual llegó a nuestra lengua.

Las propiedades antibióticas y fungicidas de esta sustancia, que en nuestra lengua se llama propóleos, eran conocidas desde la más remota Antigüedad por los sacerdotes egipcios, por los médicos griegos y romanos, y también por algunas culturas sudamericanas.

Ciertamente, propóleos está vinculada a través de polis con muchas otras palabras de nuestra lengua, tales como político 'relativo a la ciudad', metrópolis 'ciudad madre' y policlínica 'establecimiento de salud pública para la atención de una ciudad'.

Cabe añadir que polis proviene del sánscrito pur 'ciudad fortificada', que se encuentra en el nombre de Singapur 'ciudad de los leones'.

Fuente: Ricardo Soca.

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