jueves, 5 de septiembre de 2013

Las células gliales y la genialidad de Einstein.


En 1955, tras su muerte, se llevó a cabo la autopsia del cuerpo de Albert Einstein. Su hijo dio permiso al doctor Harvey, presitigioso anatomopatólogo que la realizó, para que preservara el cerebro de su padre antes de incinerar el cuerpo. 
El órgano del genio fue entonces 'loncheado' en 240 bloques que, a su vez, se laminaron en 2.000 secciones finísimas para ser conservadas y estudiadas. 
El doctor Harvey lo estudió profundamente durante años, y también envió muchas muestras del mismo a investigadores de todo el mundo, para que intentaran descubrir las posibles causas biológicas de la genialidad de la mente privilegiada de Einstein. 

Marian Diamond, de la Universidad de California, fue la primera en darse cuenta de que, la causa del elevado cociente intelectual de la mente del prestigioso científico se debía al alto índice glial de varias de las áreas de asociación cerebrales responsables de las funciones intelectuales superiores. Diamond confirmó así, que la capacidad intelectual es directamente proporcional al índice de células gliales del cerebro.

Un cerebro humano dispone de unos cien mil millones de neuronas, y por cada una de esas neuronas hay una media de diez glías. Es decir, un cerebro humano, con un cociente intelectual dentro de la media, alberga un billón de células gliales. El aumento de esa proporción típica de diez a uno entre células glía y neuronas, es directamente proporcional al aumento del índice de la capacidad intelectual humana.




Las glías son células imprescindibles para la formación, desarrollo, regulación, nutrición, mantenimiento, movilidad y funcionamiento de las neuronas. Se comunican con ellas continuamente, e incluso coordinan su actividad en muchas partes del cerebro. 

Cuidan también del espacio inter-neuronal, eliminan desechos, regulan la distribución y concentración de sodio, potasio y calcio, y de la mayoría de neurotransmisores. E incluso eliminan las células muertas fagocitándolas.

En otras palabras, en el mismo instante en que nace una neurona, varias glías se ponen a su servicio como asistentas personales durante toda su vida. 

Ejercen de niñeras de su neurona, velan por su crecimiento, regulan su alimentación, se ocupan de su aseo y de su bienestar. Establecen sus periodos de activación y reposo. Estimulan y arbitran las relaciones con las demás neuronas. 

Son además metódicas y persistentes educadoras que, enseñan a las neuronas a controlar sus estados potenciales y a ejercer su trabajo de activación y disparo para recibir y trasmitir información en la extensa red de la que forman parte. 

También son enfermeras que velan por la salud de sus protegidas, reparan sus estructuras dañadas, fomentan la reposición de organelas, eliminan y resuelven mal-funciones celulares, y reponen proteínas y sustancias necesarias allá donde se necesitan. 

Se comportan, en fin, como “madres consejeras”, fomentando o inhibiendo la actividad celular según convenga, regulando la afluencia y concentración de neurotransmisores. 

E incluso actúan, en última instancia, como diligentes y entregados empleados de funeraria, eliminando desechos y células muertas a las que fagocitan.


Existen varios tipos de células glía especializadas en funciones concretas de asistencia a las neuronas: los astrocitos, las glias de mielinización y las células no neuronales.




Los astrocitos son los más frecuentes, están distribuidos por todo el espacio inter-neuronal entre los vasos sanguíneos, con los que establecen un estrecho contacto y comunicación. Proveen de nutrientes a las neuronas absorbiendo glucosa, de esos vasos sanguíneos con los que interactúan, y transformándola en ácido láctico, que luego envían a la neurona para que lo aproveche obteniendo energía de él. 

Regulan también el crecimiento de las neuritas (dendritas y axón), estableciendo si han de crecer o no, y en qué medida deben hacerlo, o hacia dónde deben expandirse, y con qué otras neuronas deben formar sinapsis. 

Por otra parte regulan el contenido químico del espacio extracelular cubriendo las uniones sinápticas para evitar la dispersión de neurotransmisores, eliminando además algunos de ellos, y bloqueándolos cuando es necesario. 

Controlan continuamente las concentraciones de potasio extracelular mediante bombas y canales existentes en su membrana. Y regulan los niveles de calcio interactuando con el glutamato, e influyendo en todas las neuronas de las proximidades.

Las glías de mielinización (oligodendrocitos en el SNC y células de Schwann en el SNP), a diferencia de los astrocitos, se responsabilizan de la síntesis de la mielina, con la que forman una vaina que recubre y aísla la superficie exterior de los axones, entre nódulos de Ranvier, aislamiento que posibilita la rápida transmisión de los impulsos eléctricos que constituyen el potencial de acción (la información operativa de las neuronas) sin que haya pérdidas de señal y sin que se vean afectadas por interferencias externas.

Por último existen las células no neuronales, que pueden ser de dos tipos: 

Las células ependimales, que recubren la superficie del sistema ventricular que contiene los plexos coroideos; donde se produce el líquido cefalorraquídeo. Estas células guían la migración celular durante el periodo de desarrollo cerebral.

Y el otro tipo son las microglías, células que participan en la defensa inmunitaria cerebral fagocitando desechos y células muertas.


Las glías son esas grandes desconocidas, ellas posibilitan la existencia y la actividad de las neuronas, hacen el trabajo más complicado entre bambalinas, trabajando sin descanso en los entresijos del cerebro, eclipsadas sin embargo por las neuronas; las grandes protagonistas del show cerebral. 

Pero sin las glías, las neuronas y por ende la inteligencia humana, no existirían.


Dibujo de Ramón y Cajal, de las células del cerebelo de un pollo. Madrid, 1905.

1 comentario:

  1. Una vez más,incluso en el mundo microscópico y base de nuestra inteligencia,se da la importancia del trabajo en equipo y de la interacción. No hay un buen funcionamiento si solo hay protagonistas (neurona) sino que se precisan conexiones, cuidadoras, protectoras, otras células que contribuyan al estado óptimo de las protagonistas y las que las conectan con otras para trabajar conjuntamente. No se da una función eficaz sin el concurso de todo...Unión/interacción = éxito

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