Los plásticos forman parte de un grupo de compuestos
orgánicos denominados polímeros. Están conformados por largas cadenas
macromoleculares que contienen en sus estructuras átomos de carbono, oxígeno,
nitrógeno e hidrógeno.
Principalmente, se obtienen mediante reacciones químicas
entre diferentes materias primas de origen sintético o natural.
Dependiendo de la estructura que forma el carbono al
asociarse con átomos de distintos elementos, cambian las propiedades físicas y
su estructura molecular.
Según sus propiedades físicas, se dividen en termoplásticos
(materiales que se ablandan al ser calentados y se endurecen al enfriarse) y
termoestables (adoptan una forma permanente al aplicarles calor y presión).
La producción de plásticos data de 1869 cuando se creó el
celuloide, que en 1884 dio origen a la película fotográfica. Sin embargo, puede
decirse que la industria de los plásticos es del siglo XX. Su crecimiento,
desarrollos, aplicaciones e impactos en la sociedad y la economía han tenido
lugar en los últimos cien años.
Desde el comienzo de la década de los 60 se produjo un
marcado crecimiento en la industria de los plásticos. Actualmente, la
producción mundial de plásticos es diez veces mayor que en aquella época,
alcanzando aproximadamente 100 millones de toneladas anuales.
La principal materia prima para la producción de plásticos,
además del gas natural, es el petróleo. Cabe anotar que sólo el 5% del petróleo
extraído se utiliza para la fabricación de plásticos.
La Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de
Andalucía (FACUA) ha elaborado un informe bajo el título “Plásticos: ¿Qué
oculta la Industria?” en el que alerta sobre el potencial tóxico de los
alimentos envasados en plástico y su repercusión sobre la salud de los
consumidores, junto a los daños ambientales derivados de su utilización
indiscriminada.
El mayor peligro de los plásticos es el que genera este
material al entrar en contacto con los alimentos o bebidas, y con los juguetes
infantiles.
Como señala FACUA, el reciclaje y la investigación sobre la
toxicidad de los plásticos resultan tareas dificultosas debido a la
incorporación a los mismos de diferentes aditivos con el objeto de adaptarlos a
sus distintos usos. Estos aditivos pueden abandonar la matriz polimérica (el
plástico propiamente dicho) y contaminar los alimentos en un proceso conocido
como migración de sustancias tóxicas. La migración aumenta con el incremento de
temperatura (20ºC son suficientes para desencadenar el proceso) y con el tiempo
de almacenamiento del producto.
La velocidad con que la industria introduce nuevas
sustancias químicas supone otra importante dificultad, ya que resulta imposible
investigar los efectos sobre la salud de los nuevos compuestos plásticos antes
de su introducción en el mercado.
El anillo o círculo de Möbius se ha convertido en el símbolo
internacional del reciclaje, si bien ha dado lugar a diversos identificadores.
Cuando el anillo figura sin más, significa que el producto o envase está hecho
con materiales que pueden ser reciclables.
Si el anillo está dentro de un
círculo, quiere decir que parte de los materiales del producto o envase se han
reciclado.
El símbolo puede especificar el porcentaje de producto reciclado que
contiene. Este dato figura, a menudo, en envases y cajas
de cartón.
La gran diversidad de materiales plásticos ha llevado a
crear una variada tipología para identificarlos. En este caso, las flechas del
anillo - señal de que puede reciclarse de alguna forma- son más estrechas y
contienen un número y unas letras que señalan el tipo de material.
Un consumidor puede encontrarse en el mercado los siguientes símbolos:
Un consumidor puede encontrarse en el mercado los siguientes símbolos:
1.- PETE o PET (Polietileno de Tereftalato) – Uno de los
termoplásticos más usados en los envases de alimentos y bebidas no alcohólicas,
especialmente botellas de gaseosas, zumos, agua, aceite y vinos, así como en
recipientes para ensaladas y frascos de mantequilla.
No es recomendable reutilizar en exceso envases de PET, ya
que el tereftalato de polietileno, en presencia de luz y calor, puede lixiviar
el producto químico peligroso conocido como trióxido de antimonio.
Los trabajadores expuestos a esta sustancia química durante
largos periodos de tiempo han mostrado irritaciones de la piel y las vías
respiratorias. Las trabajadoras muestran un aumento en la incidencia de abortos
espontáneos y problemas menstruales. Otros peligros de salud incluyen problemas
reproductivos y del hígado, y está vinculado con el cáncer.
2.- HDPE o PEAD (Polietileno de Alta Densidad) –
Termoplástico del que se hacen las botellas de leche, zumos, refrescos,
cervezas y algunas vajillas plásticas.
3.- PVC (Policloruro de Vinilo) – Utilizado en el embalaje
transparente de alimentos, en contenedores de aceite para cocinar y en frascos
de mantequilla.
Se producen muchas sustancias químicas al fabricar, desechar
o destruir el PVC como: Plomo, DOA
(Di-2-EtilHexil Adipato), dioxina, eEtileno diclorado, cloruro de vinilo, etc.
Los efectos de la exposición a estos químicos pueden
incluir: bajo peso al nacer, problemas de aprendizaje y de comportamiento,
función inmunológica suprimida y trastorno hormonal, cáncer, defectos
congénitos y cambios genéticos.
El PVC contiene ftalatos, una sustancia química tóxica. De
acuerdo con Life Without Plastic, el cloruro de polivinilo ha sido descrito
como uno de los productos más peligrosos creados. Dependiendo del ablandador o
plastificante usado, el PVC es un disruptor endocrino que imita la hormona
femenina estrógeno, puede causar ciertos tipos de cáncer, se ha relacionado con
alergias y asma en niños y puede afectar negativamente el riñón, el hígado, el
bazo, el peso corporal y la formación de los huesos.
4.- LDPE o PEBD (Polietileno de Baja Densidad) –
Termoplástico usado en bolsas de congelados, películas para envolver productos
y botellas y recipientes varios.
5.- PP (Polipropileno) – Termoplástico utilizado en
confitería, en la confección de tapones, vasos desechables, vasos plásticos,
tarrinas, cañas de refresco, botellas de yogurt líquido, de kétchup y similares
y película para empaques flexibles.
6.- PS (Poliestireno) – Termoplástico utilizado en la
fabricación de cajas de huevos, contenedores de comida para llevar alimentos,
contenedores desechables de café, platos, vasos y cubiertos, tanto de uso permanente
como de un solo uso (desechables), y en el envasado de quesos y carnes en el
supermercado.
El estireno, también conocido como benceno de vinilo, puede
filtrarse (lixiviarse) del poliestireno. Es un líquido incoloro de aroma dulce
que se evapora fácilmente y que, a
menudo, contiene otros productos químicos que le dan un aroma penetrante
desagradable. A largo plazo puede actuar como neurotoxina. En algunos estudios
realizados en animales se informa de efectos dañinos del estireno en los
glóbulos rojos, el hígado, riñones y estómago.
El estireno puede ser absorbido por los alimentos y una vez
ingerido puede ser almacenado en la grasa corporal. Se cree que la exposición
reiterada puede llevar a la bio-acumulación.
El estireno es un disruptor endocrino que imita la hormona
femenina estrógeno y, potencialmente, pueden causar problemas en el desarrollo
y la reproducción.
Calentar en microondas alimentos aceitosos en recipientes de
poliestireno, hace que el estireno migre de manera significativa al contenido
del recipiente.
Beber café caliente de una taza de poliestireno también
aumentará la liberación de estireno.
7.- OTROS (mezclas de resinas). Tapones, envases de
alimentos, la mayoría de los biberones de plástico, botellas de agua de 5
litros, forro de las latas para alimentos, tazas de un solo uso, y algunos
cubiertos de plástico.
Los efectos en la salud varían dependiendo de la resina y
los plastificadores utilizados para este plástico que con frecuencia incluye
policarbonatos. Los plásticos con policarbonato filtran bisfenol A (BPA, por sus siglas en inglés) un
conocido disruptor endocrino. Se ha encontrado que el bisfenol A, al imitar la
acción del estrógeno, afecta al desarrollo y tiene efectos en el comportamiento,
y neuronales, incluso resistencia a la insulina, daño genético y enfermedades
del corazón e inflamación de animales jóvenes, y juega un rol en ciertos tipos
de cáncer.
El BPA ha sido prohibido para su uso en la mayoría de los
plásticos en Canadá y la Unión Europea, pero no en los Estados Unidos. Los
policarbonatos se encuentran en recipientes botellas para bebés, alimentos y
bebidas, botellas deportivas y botellas enfriadoras de agua.
CONSEJOS PARA UTILIZAR RECIPIENTES PLÁSTICOS PARA LOS
ALIMENTOS
1.- Evita calentar alimentos en recipientes plásticos. El
calor puede liberar las sustancias químicas, así que evita calentar alimentos
en recipientes de plástico. Por la misma razón, toma sólo líquidos fríos en
estos recipientes.
2.- Lava las fiambreras plásticas, y todos los recipientes
de plástico en general, con detergentes suaves. Los detergentes duros ayudan a
liberar los químicos de los plásticos, haciendo que sea más probable que el
recipiente filtre las sustancias químicas a los alimentos.
3.- Siempre que sea posible, evita utilizar embalajes de
plástico. Por ejemplo, lleva bolsas reutilizables cuando vaya al supermercado,
y cuando comas fuera lleva tus propios recipientes para llevar comida a casa.
4.- Elije plásticos seguros para almacenar alimentos. Utiliza
sólo recipientes que tengan los números de reciclaje 1, 2, 4 o 5 para guardar
comida. Evita los marcados con los números de reciclaje 3, 6 y 7.
Evita las bandejas y vasos de estirofoam (similar al corcho
blanco), sobre todo con líquidos calientes, porque además de bisfenol A,
desprenden poliestireno, un tóxico muy dañino para el organismo. Evita este
tipo de material sobre todo para meterlo al microondas y para bebidas
calientes.
5.- Considera utilizar recipientes de vidrio ya que los de
plástico, con el tiempo y el uso, pueden filtrar sustancias químicas al
medioambiente y a su comida.
No es recomendable utilizar film transparente o papel de
aluminio para conservar los alimentos. La acumulación de aluminio en el cerebro
es una de las causas principales de Alzheimer. Es preferible sustituirlos por
bolsitas de cierre hermético tipo Zip, elaboradas con HDPE, un tipo plástico
que no desprende toxinas.
Lo mejor que puedes hacer es reducir el uso de plásticos. Busca alternativas naturales como telas, madera, bambú, vidrio, acero inoxidable, etc . Tambien, cuando compres productos, busca objetos con menos (o sin) embalajes de plástico. Si compras plástico, escoje productos que se pueden reciclar o re-usar (por ejemplo, un vasito de yogur que se puede volver a utilizar para guardar lápices o pinceles…).
Excelente, como siempre. Impecable.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu atención Rosa. Un abrazo.
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