lunes, 30 de diciembre de 2013

¿Por qué nos da fiebre?


Los mamíferos, al igual que las aves, somos animales homeotermos (de sangre caliente) con capacidad de termo-regulación, es decir, podemos mantener constante la temperatura interior de nuestros cuerpos, entre 34 y 38 grados celsius según la especie, independientemente de las variaciones de temperatura que se produzcan en el ambiente en el que nos encontremos. 
La producción de calor (termogénesis), supuso en la prehistoria una ventaja crucial de nuestra especie sobre los reptiles y demás poiquilotermos (animales de sangre fría), para adaptarse a climas difíciles y a periodos de frío intenso sobre el planeta.
Nuestra temperatura corporal (entre 36 y 37 grados centígrados), óptima para el metabolismo animal y adecuada para protegernos de infecciones causadas por hongos, fue trascendental en el éxito adaptativo de nuestra especie.


Para mantener constante la temperatura referida, existen múltiples mecanismos controlados por el hipotálamo, órgano donde se centraliza la regulación térmica del cuerpo.




El hipotálamo se encarga de regular las propiedades del medio interno y funciona de forma parecida a un termostato, cuando la temperatura es menor que aquella a la cual está ajustado, pone en marcha ciertos mecanismos que actúan hasta que se alcanza la temperatura deseada. En cambio, si la temperatura detectada es mayor que la del punto de ajuste, éste adecua las respuestas para que nuestra temperatura interna disminuya lo necesario.

El hipotálamo, para regular la temperatura corporal, se vale de varios mecanismos.

A.- La circulación cutánea: Cuando la temperatura es baja, el hipotálamo activa las fibras nerviosas simpáticas, provocando que llegue menos sangre a nuestra piel. En cambio, si la temperatura es alta, las arterias cutáneas se dilatan haciendo que la sangre llegue a la superficie de la piel y se enfríe al ponerse en contacto con el aire (por eso cuando hace calor la piel se pone enrojecida). 

B.- El sudor: Si la temperatura corporal es elevada, las glándulas sudoríparas producen sudor que se evapora sobre la superficie del cuerpo, eliminando a la vez parte del calor corporal.

C.- Contracción muscular: Cuando sentimos frío, el hipotálamo provoca contracciones musculares involuntarias que aumentan el tono muscular, lo que da lugar a un consumo alto de energía que acaba transformándose en calor.

D.- La pilo-erección: El pelo cutáneo se levanta debido a la contracción de unos pequeños músculos que hay en la base de cada pelo, esto produce la llamada "carne de gallina". En humanos este reflejo tiene poca importancia, pero en especies con un pelo tupido, hace que quede atrapada una capa de aire debajo del pelo que aísla y disminuye la pérdida de calor.

E.- Aumento del metabolismo: El hipotálamo aumenta la producción de la hormona TRH, esta estimula la producción en la hipófisis de TSH, la cual a su vez incrementa la secreción de hormonas en la glándula tiroides y, finalmente, estas estimulan la producción de calor en todas las células del organismo. Esta respuesta no está muy desarrollada en humanos, pero sí es importante en otras especies animales.


PATOGENIA DE LA FIEBRE

Algunas proteínas, sus subproductos metabolizados y otras sustancias (especialmente ciertos tipos de toxinas liberadas de las membranas celulares de las bacterias), pueden hacer que se eleve el punto de ajuste óptimo de nuestro termostato hipotalámico. Esas sustancias son conocidas como pirógenos.
Los pirógenos exógenos son sustancias externas al huésped que pueden ser producidas por bacterias, virus, microbios, etc. Cuando el pirógeno exógeno llega al sistema inmune, activándolo, se encuentra con una gran cantidad de células macrófagas que, al fagocitarlo, liberan una sustancia llamada pirógeno endógeno, que entra en la red capilar del hipotálamo provocando prostaglandinas,  y estas penetran directamente en las células hipotalámicas donde se produce el neurotransmisor llamado AMPc, éste neurotransmisor activa las neuronas termorreguladoras hipotalámicas que activan, a su vez, el mecanismo de la termogénesis, apareciendo así la fiebre.




El primer paso es la modificación del punto de ajuste de los centros termorreguladores hipotalámicos, que se ajustan a una temperatura superior a la normal. Como consecuencia de ello, la zona preóptica del hipotálamo anterior actúa como si la sangre que irriga estuviera a una temperatura inferior a la normal y envía señales al hipotálamo posterior, de dónde parten los estímulos hacia los sectores hipotalámicos que regulan la producción térmica y la conservación de calor.

El incremento en la termogénesis se hace efectivo fundamentalmente al estimularse la zona dorso-medial del hipotálamo posterior, donde hay neuronas que trasmiten impulsos a través del tronco encefálico hacia las columnas laterales de la médula, y de ahí a las moto-neuronas del asta anterior. Estos estímulos aumentan el tono de los  músculos esqueléticos hasta alcanzar un determinado nivel crítico en que se producen Los escalofríos.

Por otra parte, por la excitación de los núcleos  simpáticos del hipotálamo posterior se produce vasoconstricción periférica que lleva a evitar la pérdida de calor.
A ello se agrega la sensación de frío que experimenta la persona y que lo lleva procurar elevar su temperatura por todos los medios de que disponga (abrigo, calefacción, etc.).
Esta situación persiste hasta que cese la causa que mantiene el estímulo para la producción de pirógeno endógeno. Cuando ésta desaparece, lo hace también el pirógeno endógeno, inmediatamente el punto de ajuste térmico retorna a su nivel normal, y el organismo pone en juego lo necesario para reducir la temperatura. Ello implica sudoración profusa, vasodilatación cutánea e inhibición de la termogénesis hasta que la temperatura corporal llegue a las cifras normales.

Los mecanismos y procesos que mantienen nuestra temperatura normal, consisten en la producción de energía en forma de calor y la pérdida de ésta al medio ambiente.

El calor corporal se genera a través de la producción endógena (dentro de nuestro cuerpo) de procesos metabólicos como la digestión, el metabolismo de los gases y la circulación sanguínea entre otros, además de algunos procesos que se pueden considerar exógenos, como es la actividad muscular.

La pérdida de calor puede ser por 4 procesos que consisten en: 

- Intercambio de energía electromagnética entre el cuerpo y el medio ambiente u objetos más fríos y situados    a distancia (Radiación).

- Transferencia de calor desde nuestro cuerpo hasta las partículas del aire o del agua que entran en contacto    con él (Convección).

- Pérdida de pequeñas cantidades de calor corporal al entrar en contacto directo la superficie del cuerpo          con otros objetos más fríos (Conducción).

- Perdida de calor a través de la evaporación del agua.




Cuando tenemos una infección por cualquier causa fisiopatológica, nuestro cuerpo reacciona aumentando la temperatura. Esto lo hace porque el cerebro sospecha que puede tener un origen microbiológico, de forma que al subir la temperatura corporal “molesta” su desarrollo, crecimiento y reproducción. Las bacterias tienen un medio idóneo para completar su ciclo biológico cuando nuestra temperatura es la normal, pero cuando esa temperatura  aumenta por encima de los 37º C, se está inhibiendo el crecimiento de muchas (no todas) bacterias o la actividad de algunos virus. Si esto no fuese así, la temperatura corporal continuaría aumentando.

Por otra parte, el aumento de la temperatura, además de inhibir el desarrollo de algunas bacterias y virus, estimula el  sistema inmune con la producción de glóbulos blancos o leucocitos.



¿Por qué aumenta la fiebre por la tarde?

De la misma forma que el sueño está regulado por los ciclos circadianos, la tensión arterial y la temperatura corporal también lo están. Por este motivo varía la temperatura del cuerpo según la hora del día, de forma que aumenta unas décimas de grado a media tarde. Estas variaciones forman parte de la regulación automática del hipotálamo para conseguir equilibrar, de forma constante, la temperatura corporal durante todo el día, al igual que cuando hacemos deporte se regula nuestra temperatura sudando.


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