miércoles, 30 de octubre de 2013

¿Qué es el fracking?



Fracking es un término anglosajón utilizado para referirse a la técnica de fracturación hidráulica para la extracción de gas no convencional. 
Consiste en la extracción de gas natural mediante la fracturación de la roca madre (pizarras y esquistos). Para extraer el gas atrapado en la roca se utiliza una técnica de perforación mixta: en primer lugar se perfora hasta 5000 metros en vertical y después se perfora varios kilómetros en horizontal (2 a 5). Entonces se inyecta agua con arena (98%) y una serie de aditivos químicos (2%) a gran presión, estos pueden ser  desde espumas, a gases, o incluso uranio. Esto hace que la roca se fracture y el gas se libera y asciende a la superficie a través del pozo. El proceso se repite a lo largo de la veta de roca rica en gas.
 

Parte de la mezcla inyectada vuelve a la superficie (entre un 15 y un 85 %). Y uno de los problemas más delicados es, precisamente, cómo almacenar o disponer de esas aguas residuales, también llamadas aguas de reflujo.

"La toxicidad potencial de esas aguas residuales es difícil de evaluar debido a que muchos aditivos químicos usados en el fluido de fracturación hidráulica son secreto comercial no divulgado"

Se estima que en 2011 esta técnica estaba presente en aproximadamente el 60% de los pozos de extracción en uso. Debido al aumento del precio de los combustibles fósiles, que ha hecho económicamente rentables estos métodos, se está propagando su empleo en los últimos años, especialmente en los EE. UU y Europa.

Existe una gran alarma sobre el peligro medioambiental derivado de esta técnica, pues además de un enorme consumo de agua, es habitual que junto con la arena se incluyan multitud de compuestos químicos, cuya finalidad es favorecer la fisuración o incluso la disolución de la roca. 

Las experiencias obtenidas en los Estados Unidos muestran numerosos accidentes que pueden dañar el medio ambiente y la salud humana. Entre un 1 y un 2 % de los permisos de perforación violan las obligaciones legales. Muchos de estos accidentes se deben a una manipulación incorrecta del equipo o a fugas de éste. Por otra parte, cerca de los pozos de gas se ha registrado contaminación de aguas subterráneas con metano, así como con cloruro de potasio, que provoca la salinización del agua potable.

Otra repercusión inevitable de la extracción del gas de esquisto es un alto índice de ocupación de tierras, debido a las plataformas de perforación, a las zonas de aparcamiento y maniobra para camiones, a equipos, instalaciones de procesamiento y transporte de gas, así como las carreteras de acceso, que podrían contaminar tanto el terreno como los acuíferos subterráneos.

Pulsa este enlace para saber: Qué es el fracking explicado paso a paso.

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Mira este vídeo ilustrativo (en inglés con subtítulos).








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