Fuente: Wikipedia |
Los neutrinos, después de los fotones, son las partículas más abundantes de todas las conocidas en nuestro Universo. Son partículas fundamentales, sin carga eléctrica y, aunque surgen y se propagan en las interacciones de la Fuerza Nuclear Débil mediante bosones W y Z, se crean, no obstante, en el ámbito exclusivo en el que domina la Fuerza Nuclear Fuerte, es decir, en el interior de los nucleones; donde residen quarks y gluones. Por esta razón, siempre que en un átomo se desintegra un neutrón, se produce un neutrino.
Aunque el modelo estándar asume que el neutrino no tienen masa, se ha comprobado que sí que la tiene, aunque ésta sea casi inapreciable. De hecho la masa de los neutrinos electrónicos es mucho menor que la de sus primos, los electrones.
Y es sabido que, cuanto más masiva es una partícula más lentamente se desplaza y viceversa. Por eso los neutrinos viajan a una velocidad próxima a la que viajan los fotones, bosones estos últimos que, al carecer de masa, se desplazan a la máxima velocidad a la que pueden desplazarse las partículas, esto es, a la velocidad de la luz.
Y es sabido que, cuanto más masiva es una partícula más lentamente se desplaza y viceversa. Por eso los neutrinos viajan a una velocidad próxima a la que viajan los fotones, bosones estos últimos que, al carecer de masa, se desplazan a la máxima velocidad a la que pueden desplazarse las partículas, esto es, a la velocidad de la luz.
El físico italiano Wolfgang Pauli postuló en 1930 la existencia de los neutrinos.
Cuando se produce la desintegración β en un átomo, aunque la paridad de la carga eléctrica se mantiene, se produce, no obstante, una ínfima pérdida de energía. Este hecho desconcertaba entonces a la comunidad científica.
Cuando se produce la desintegración β en un átomo, aunque la paridad de la carga eléctrica se mantiene, se produce, no obstante, una ínfima pérdida de energía. Este hecho desconcertaba entonces a la comunidad científica.
Para resolver dicho enigma, puesto que este contradecía la ley de conservación de la materia, Pauli, basándose en estudios de Rutherford, Louis de Broglie y otros, aventuró la hipótesis de que tal diferencia se corregiría si en dicha reacción se produjera, además de un protón y un electrón, otra partícula (indetectable con la tecnología disponible en la época), cuya carga eléctrica debía ser neutra, y cuya masa equivaldría a la energía faltante en la desintegración. A esta partícula la llamó Pauli: Neutrón. Nombre que fue sustituido por el de “pequeño neutrón” o neutrino (en italiano), cuando dos años después, en 1932, Chadwick descubrió la existencia del verdadero neutrón.
Hoy sabemos que existen, al menos, tres tipos: Neutrinos electrónicos, neutrinos muónicos y neutrinos tauónicos.
Pero estos pueden oscilar y cambiar así de sabor o, lo que es lo mismo, de familia leptónica.
Dicha oscilación se produce aleatoriamente, sobre todo cuando los neutrinos atraviesan un medio material, tendiendo entonces a convertirse los unos en los otros, hasta llegar a igualar la proporción existente de cada uno de los tres tipos.
El neutrino es la única partícula del modelo estándar que quizás sea materia y antimateria a la vez. Si se comprueba que esto es cierto, y debido a su quiralidad, el neutrino podría ser el responsable de la existencia del Universo.
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