Ingredientes (Para 6 personas):
½ Conejo pequeño (se puede sustituir por panceta, costillas de cerdo, e incluso trozos menudos de pollo).
1 Morcilla negra de Jaén, grande.
1 Morcilla blanca de Jaén, pequeña o mediana.
12 Chorizos frescos, pequeños.
6 pimientos verdes, grandes.
6 ajos, grandes.
1 Kg de sémola de trigo.
1 Litro de agua.
Aceite de oliva.
Sal gruesa.
Elaboración de la guarnición:
- Vierte un vaso grande de aceite de oliva virgen en una sartén pequeña, caliéntalo hasta que humee.
- (Pon un puñado grande de sal gruesa en el aceite antes de freír para evitar salpicaduras)
- Fríe la carne limpia, muy troceada y salpimentada, hasta que esté crujiente. Reserva.
- En el mismo aceite fríe los chorizos (que queden crujientes). Reserva.
- Fríe la morcilla blanca, sin piel y cortada en rodajas de un dedo de grosor. Reserva.
- Por último fríe la morcilla negra, con piel y cortada en trozos de diez centímetros de longitud. Reserva.
- ¡Todo tiene que quedar crujiente!
- Ve colocando, según los vas retirando de la sartén, sin revolverlos, los elementos de la fritada en una bandeja grande de loza.
- Por último fríe los pimientos sin tallo y limpios de semillas, a fuego lento, hasta que se pochen. Luego les retiras la piel y los colocas en la bandeja de fritos.
- Cubre la bandeja con una tapadera u otra fuente mientras elaboras las migas.
Elaboración de las migas:
- Vierte el equivalente a un vaso de vino (100cc.) del aceite utilizado para la fritura en una sartén grande de borde alto. Caliéntalo.
- Fríe los ajos a fuego lento, enteros y sin quitarles la piel (haz un pequeño corte transversal a cada ajo). Retíralos y reserva colocándolos en la bandeja de fritos, sobre los pimientos.
- Aparta la sartén del fuego, pon cuatro o cinco pellizcos de sal gruesa (¡¡Cuidado con la sal!! Tan malo es dejarlas desabridas como muy saladas).
- Vierte un litro de agua en la sartén y remueve, a fuego fuerte.
- Antes de que comience a hervir, añade poco a poco la sémola, removiendo con una cuchara de madera hasta que la harina absorba toda el agua y se formen grumos.
- No dejes de remover y mezclar, sin parar durante quince o veinte minutos, a fuego moderado, hasta que los grumos de sémola se vayan haciendo cada vez más menudos, (sin que llegue a tostarse la harina, pues, de ser así, quedarían demasiado secas las migas).
"LO TRADICIONAL ES PRESENTAR LAS MIGAS LLEVÁNDOLAS A LA MESA EN LA MISMA SARTÉN EN LA QUE HAN SIDO COCINADAS, CON TODA LA GUARNICIÓN COLOCADA SOBRE ELLAS, Y ACOMPAÑADAS <SIEMPRE> DE UN BUEN VINO TINTO".
"Y HABÍAN DE COMERSE, ESTANDO TODOS LOS COMENSALES DE PIÉ, AL REDEDOR DEL PEROL, TOMANDO CUCHARADAS DE LA MISMA SARTÉN".
COMO DECÍA MI ABUELA:
"EN CORRO, PASO AL FRENTE, CUCHARADA... Y PASO ATRÁS"
YO HOY, PREFIERO PRESENTAR LAS MIGAS EN UNA FUENTE DE LOZA BLANCA HONDA, JUNTO CON LA BANDEJA DE FRITOS, Y SERVIR LAS MIGAS A CADA COMENSAL, QUE LAS TOMARÁ SENTADO A LA MESA Y EN SU PROPIO PLATO. POR SUPUESTO DEPARTIENDO FESTIVAMENTE (ACTITUD IMPRESCINDIBLE EN CUESTIÓN DE ÁGAPES) CON TODOS LOS INVITADOS, MIENTRAS SE ESCANCIAN GENEROSOS TINTOS DE RIBERA, RIOJA, VALDEPEÑAS, U OTROS (QUE TODOS LOS CALDOS ESPAÑOLES SON EXCELENTES) EN DELICADAS COPAS DE CRISTAL.
MI ABUELA (LA QUE ME ENSEÑO A HACER ESTA RECETA) A VECES OPTABA POR ELIMINAR LA CARNE Y LOS EMBUTIDOS (DESDE LUEGO SOLO POR, Y EN EL CASO DE, QUE ALGUNO DE LOS COMENSALES ADOLECIERA DE MALAS DIGESTIONES), ENTONCES LOS SUSTITUÍA POR SARDINAS Y BOQUERONES FRITOS, A LOS QUE ACOMPAÑABA CON PLATILLOS DE PEPINO CORTADO EN RODAJAS, TOMATE TROCEADO CON SAL Y ACEITE, TROCITOS DE MELÓN DULCE Y RÁBANOS PEQUEÑOS ENTEROS Y PELADOS. INCLUSO REPETÍA MANJARES DE MAR, SIRVIENDO A LA VEZ RIQUÍSIMAS SARDINAS ENCUBADAS PELADAS Y SIN RASPA Y TROZOS DE BACALAO SECO Y DESALADO.
OTRAS VECES, A LOS NIÑOS DE LA CASA (Y A ALGUNOS NO TAN NIÑOS PERO SÍ GOLOSOS), NOS SERVÍA LAS MIGAS SIN GUARNICIÓN… PERO ESO SÍ: “REVUELTAS CON CHOCOLATE A LA TAZA”. CREEDME, AQUELLA MEZCLA DE MIGAS DE HARINA CON CHOCOLATE, ERA (Y ES) ¡¡¡UN VERDADERO MANJAR!!!
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