Diciembre es un buen mes para iniciarse en la observación astronómica. El invierno es más rico en estrellas brillantes que cualquier otra estación del año. Bien abrigados y apostados en un lugar elevado sobre el horizonte, sin obstáculos a nuestro alrededor y lejos de fuentes de luz intensas y farolas, observar los cielos nocturnos y reconocer las constelaciones más emblemáticas del hemisferio norte, y el nombre y localización de las estrellas más brillantes del universo, es un placer al que todos podemos acceder, con un mínimo esfuerzo, y sin necesidad de ningún instrumento especial; a lo sumo, si queréis, con la ayuda de unos prismáticos. Lo que os garantizo es que el espectáculo os resultará fascinante.
Pues bien, vamos a ello. Lo primero, por supuesto, será elegir una noche sin nubes en el cielo y deseablemente durante la fase de luna nueva. Los mejores días serán el 12, 13, 14 y 15; pero puede hacerse también cualquier otro día, excepto los dos o tres primeros días del mes y durante la última semana, esos días no os los recomiendo, porque habrá luna llena y el intenso resplandor de nuestro satélite dificultará vuestra visión haciendo más difícil la localización de los astros.
Pues bien, vamos a ello. Lo primero, por supuesto, será elegir una noche sin nubes en el cielo y deseablemente durante la fase de luna nueva. Los mejores días serán el 12, 13, 14 y 15; pero puede hacerse también cualquier otro día, excepto los dos o tres primeros días del mes y durante la última semana, esos días no os los recomiendo, porque habrá luna llena y el intenso resplandor de nuestro satélite dificultará vuestra visión haciendo más difícil la localización de los astros.
Una vez hayáis elegido el observatorio, seguramente a la intemperie y en un lugar elevado para disponer del máximo campo de visión, os recomiendo que a última hora de la tarde, justo antes del anochecer, vayáis a ese lugar y os fijéis en el lugar exacto por el que el sol se esconde en el horizonte, ese punto corresponderá con el Oeste, colocad una referencia para recordar la orientación; así más tarde, cuando comencéis la observación, sólo tendréis que colocaros de forma que vuestro hombro izquierdo quede exactamente orientado hacia él. De esa forma, con absoluta seguridad, os encontraréis de cara al norte geográfico y podreíis comenzar con la observación.
Para que no tengáis problemas de localización y podáis seguir al pié de la letra mis recomendaciones sin haceros un lío ésta vuestra primera vez, vamos a elegir un momento exacto en el tiempo; pues como ya sabréis, los astros van girando en la cúpula celeste y cambian de lugar y posición conforme avanzan las horas y los días. He elegido, para esta primera observación, la noche del 13 al 14 de diciembre. Esa noche, cuando vuestros relojes marquen las 23:00, vereis las costelaciones tal y como aparecen en las fotografías y dibujos que os muestro a continuación.
Para que no tengáis problemas de localización y podáis seguir al pié de la letra mis recomendaciones sin haceros un lío ésta vuestra primera vez, vamos a elegir un momento exacto en el tiempo; pues como ya sabréis, los astros van girando en la cúpula celeste y cambian de lugar y posición conforme avanzan las horas y los días. He elegido, para esta primera observación, la noche del 13 al 14 de diciembre. Esa noche, cuando vuestros relojes marquen las 23:00, vereis las costelaciones tal y como aparecen en las fotografías y dibujos que os muestro a continuación.
Lo primero que haremos será, mirando hacia el norte, levantar la cabeza girándola unos centímetros hacia la izquierda, hasta divisar la constelación más visible y fácil de localizar a primeras horas de la noche en ésta época: Casiopea, una preciosidad en forma de “M” a unos 60º sobre el horizonte.
Casiopea es una constelación circumpolar, esto significa que: gira con el paso de los días, durante todo el año, alrededor del la estrella polar. De igual forma, la constelación, gira también, cada noche, con el paso de las horas, al rededor de la mencionada estrella Polaris.
Su forma característica es de “W” ó “M” según en el mes (o la hora) en que nos encontremos. A mediados de noviembre tiene su máxima culminación, esto quiere decir que es en ese momento cuando está más alta en el horizonte y tiene forma aproximada de “M”. Vosotros ahora la veréis un poco inclinada hacia la izquierda, y con el paso de los meses la iréis viendo girar en el cielo en sentido anti-horario (al revés que las manecillas del reloj) alrededor de la estrella polar.
Este movimiento circumpolar os puede servir para determinar en qué mes del año estamos según sea su disposición y ubicación en el cielo (eso sí, para ello debéis mantener la referencia del giro circumpolar realizando la observación de la constelación -siempre- aproximadamente a la misma hora de la noche). Imaginaos que las jorobas de la “M” fueran la aguja pequeña de un reloj que gira al revés, pues bien cada noche, a la misma hora, por ejemplo a las 00:00, comprobaréis que va cambiando de posición en el cielo, de forma que en noviembre apunta a las doce o al Norte, en febrero a las nueve o al Oeste, en mayo Casiopea tiene forma de “W” y apunta a las seis del reloj o al sur, y en agosto la “M” mira hacia las tres o al este. Así, si os lo proponéis, seréis capaces de determinar qué forma tendrá y en qué lugar de ese reloj imaginario se encontrará la constelación en cualquier mes del año. De la misma forma la veréis girar, en torno a la polar, durante toda la noche en sentido antihorario.
Su forma característica es de “W” ó “M” según en el mes (o la hora) en que nos encontremos. A mediados de noviembre tiene su máxima culminación, esto quiere decir que es en ese momento cuando está más alta en el horizonte y tiene forma aproximada de “M”. Vosotros ahora la veréis un poco inclinada hacia la izquierda, y con el paso de los meses la iréis viendo girar en el cielo en sentido anti-horario (al revés que las manecillas del reloj) alrededor de la estrella polar.
Este movimiento circumpolar os puede servir para determinar en qué mes del año estamos según sea su disposición y ubicación en el cielo (eso sí, para ello debéis mantener la referencia del giro circumpolar realizando la observación de la constelación -siempre- aproximadamente a la misma hora de la noche). Imaginaos que las jorobas de la “M” fueran la aguja pequeña de un reloj que gira al revés, pues bien cada noche, a la misma hora, por ejemplo a las 00:00, comprobaréis que va cambiando de posición en el cielo, de forma que en noviembre apunta a las doce o al Norte, en febrero a las nueve o al Oeste, en mayo Casiopea tiene forma de “W” y apunta a las seis del reloj o al sur, y en agosto la “M” mira hacia las tres o al este. Así, si os lo proponéis, seréis capaces de determinar qué forma tendrá y en qué lugar de ese reloj imaginario se encontrará la constelación en cualquier mes del año. De la misma forma la veréis girar, en torno a la polar, durante toda la noche en sentido antihorario.
Una vez localizada Casiopea os resultará fácil localizar a Polaris, la más brillante de la Osa Menor. La Estrella Polar, o Alfa de Ursa Minor, es una super-gigante amarilla, su radio es unas 45 veces el de nuestro Sol, y brilla unas 2.240 veces más que nuestra estrella. Aunque está situada a 431 años luz de la tierra y, por eso, lo veréis como un puntito amarillo aislado en el centro de la cúpula celeste. Polaris señala exactamente el Norte geográfico en la actualidad (aunque no siempre ha sido así, pero ese es otro tema que más adelante podemos tratar).
El esquema siguiente os ayudará a localizar a Polaris y las dos Osas a partir de Casiopea.
Para localizar la Estrella Polar nos podemos ayudar también (de hecho en la práctica se utiliza mucho más), de la que seguramente es la constelación más famosa del cielo: la Osa Mayor. Lo que sucede es que, en esta fecha del trece de diciembre, a primeras horas de la noche, todavía está muy baja sobre el horizonte, y quizás no podaís verla aún si no es que os encontráis en un terreno muy abierto y despejado, sin edificios o montañas al rededor. Por eso hemos buscado Polaris tomando como referencia a Casiopea en vez de La Osa Mayor..
La Osa Mayor o Ursa Major, (abreviado UMa), también conocida como el Carro Mayor o el Gran Cazo, es una constelación visible durante todo el año en el Hemisferio Norte. Entre los aficionados se le conoce con el nombre de "el carro" o "el cazo", por la forma que dibujan sus siete estrellas principales, aunque ha recibido otros muchos nombres.
Una vez la tengamos localizada hoy, si hemos trasnochado lo suficiente, hemos de unir con una línea imaginaria sus dos estrellas más brillantes alfa y beta, que corresponden a las estrellas Dubhe (alfa) de color naranja claro y magnitud 2, y Merak (beta) de color blanco, de magnitud 2.4, y prolongarla unas cinco veces, al final de esa línea trazada encontraremos a Polaris y, por tanto, a la Osa Menor.
La Osa Menor, ursa en latín, es también una de las constelaciones más conocidas del hemisferio norte. Consta de siete estrellas con la forma de carro; cuatro de ellas forman la parte honda del carro y las otras tres el mango del carro o cazo.
El elemento más conocido de la Osa Menor es la estrella Polar, la cual se encuentra situada en la prolongación del eje de la tierra, de modo que permanece fija en el cielo y señala el Polo Norte geográfico, por lo que ha sido empleado por navegantes como punto de referencia en sus travesías.
Dada su ubicación, la Osa Menor sólo se puede ver en el hemisferio norte, pero a cambio, en dicho hemisferio se ve todo el año. Junto con su compañera la Osa Mayor, es uno de los elementos más característicos del firmamento del hemisferio norte.
Bien, pues para ser la primera noche, ya habéis avanzado bastante, y sois capaces de localizar en la noche a Polaris y por tanto el norte geográfico, y además ya sabéis reconocer a tres de las constelaciones más famosas del palmarés boreal.
Continuaremos mañana con más estrellas y muchas más constelaciones. Pero antes de que os retiréis a descansar, si es que aún seguís observando el firmamento y vuestro reloj marca exactamente las dos de la madrugada, voy a mostraros una de las estrellas más emblemáticas y brillantes de nuestro cielo septentrional, es la joya de la corona del invierno, la estrella más luminosa de todo el firmamento, es "SIRIO", para verla sólo tenéis que dar media vuelta sobre vuestra posición y mirar directamente hacia el Sur, a unos 45 grados sobre el horizonte la veréis en todo su esplendor.(Antes de esa hora la veréis también, pero la estrella estará más al Este y más baja en el horizonte cuanto más temprano sea).
Continuaremos mañana con más estrellas y muchas más constelaciones. Pero antes de que os retiréis a descansar, si es que aún seguís observando el firmamento y vuestro reloj marca exactamente las dos de la madrugada, voy a mostraros una de las estrellas más emblemáticas y brillantes de nuestro cielo septentrional, es la joya de la corona del invierno, la estrella más luminosa de todo el firmamento, es "SIRIO", para verla sólo tenéis que dar media vuelta sobre vuestra posición y mirar directamente hacia el Sur, a unos 45 grados sobre el horizonte la veréis en todo su esplendor.(Antes de esa hora la veréis también, pero la estrella estará más al Este y más baja en el horizonte cuanto más temprano sea).
Sirio, o Sirius en su denominación latina, es el nombre propio de la estrella Alfa Canis Maioris (α CMa, también Alfa Canis Majoris), la más brillante de todo el cielo nocturno vista desde la Tierra, situada en la constelación del hemisferio celeste sur Canis Maior (Perro Mayor). Esta estrella tan notable, es un astro blanco que está situado a 8,7 años luz, siendo la quinta estrella más cercana al Sol. Este cuerpo celeste en realidad está compuesto por dos estrellas que viajan juntas, vinculadas por la fuerza de la gravedad, describiendo una trayectoria con forma de espiral. Debido a ciertas perturbaciones en la órbita de estas estrellas se hipotetiza que puede existir una tercera estrella (Sirio C)., es una estrella muy conocida desde la antigüedad; por ejemplo, en el Antiguo Egipto, la salida heliaca de Sirio marcaba la época de las inundaciones del Nilo, y ha estado presente en civilizaciones tan dispares como la griega y la polinesia. En ocasiones, y coloquialmente, Sirio es llamada «Estrella Perro» a raíz de la constelación a la que pertenece.
¡BONITOS SUEÑOS A TODOS! y ... ya sabéis... CONTINUARÁ………
* Dedicado a mis hijas, Ana Belén y Cristina, dos maravillosos espíritus, tan inquietos como el duendecillo Samid...
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